El
Proceso de Capacitación de Personal, una Herramienta para la
Potenciación
de los Talentos
No existe
ninguna duda, sobre la importancia que la capacitación de los equipos de
trabajo tiene como herramienta para potenciar los talentos y generar las competencias
necesarias, para asumir los distintos retos de la vida laboral.
Para
Dessler en su libro Administración de Personal, la capacitación consiste en
proporcionar a los empleados, nuevos o actuales, las habilidades necesarias
para desempeñar su trabajo. De esta forma, los beneficios de la capacitación
pueden prolongarse a toda su vida laboral, sirviendo de soporte al trabajador
para cumplir futuras responsabilidades.
Es
así como este proceso se convierte en una de las mejores inversiones en
recursos humanos y de las principales fuentes de bienestar para el personal de
toda la organización, ya que, genera múltiples beneficios entre los que se
encuentran: incremento de la rentabilidad
y de actitudes más positivas, mejora del conocimiento del puesto en todos
los niveles, identificación con los objetivos de la organización, incremento de
la productividad y de la calidad del
trabajo. Así mismo, ayuda al individuo en la toma de decisiones y solución de
problemas, alimenta la confianza, la posición asertiva, forja líderes y mejora
las aptitudes comunicativas, entre otros beneficios.
No
obstante, para que estos beneficios puedan generarse, el programa de
capacitación debe surgir de un análisis de las necesidades y requerimientos del
personal, que suelen extraerse de las propias solicitudes de los trabajadores y
de sus supervisores y de instrumentos
como las evaluaciones de desempeño y las encuestas de clima y de ambiente
laboral.
Ahora
bien, si hay claridad en las necesidades, éstas generan el marco para la fijación
de objetivos o beneficios esperados del proceso de capacitación y operarán como
indicadores de gestión para luego evaluar el éxito del mismo.
De lo expuesto anteriormente
se puede inferir que el proceso de capacitación debe ser gestionado y dicha
gestión debe incorporar un programa de evaluación que tenga como objetivo
determinar el producto de la misma, es decir, si el personal capacitado, ha
aprendido lo que plantearon los
objetivos del evento respectivo, y aún más, si ha puesto en práctica sus nuevas
habilidades.
Podemos decir entonces que gestionar
el proceso de capacitación no es una tarea sencilla, ya que como sistema integrado por múltiples aspectos, requiere de
planificación, organización, dirección y
control, para potenciar su éxito en el logro de los objetivos de los equipos de
trabajo y por ende de la organización.
Prof. Norbith García
Escuela de Diseño
Industrial ULA
norbith@ula.ve