Otras pinturas.

Después de un parentesis de un par de años, vuelvo a la pintura con especial dedicación a los bellos paisajes de Mérida: sus pueblos, iglesias, calles y montañas.

Calle de Ejido. 2010. Bajando por la calle principal del poblado En una tarde calurosa del mes de febrero cuando el sol del atardecer ilumina las cosas con sus rayos de color amarillo
	Ensueño paramero. 2014. En las altas montañas de Mérida a más de tres mil metros hay una vegetación extraña que se retrata en las lagunas plateadas creando imágenes de sueño y fantasía.
Calle de Guaraque. 2020. En aquel pueblito pacífico la tenue luz de la mañana se filtra por entre los tejados en cada esquina iluminando los muros de tapia y calles retorcidas por donde suben y bajan su gente con lentitud.
	En el páramo..2010. Los colores infantiles se juntan hoy Aquí y ahora en un paisaje sencillo que veo con ojos de escolar Las altas montañas y lomas redondeadas alegran mi corazón y llenan mi espíritu de alegria de vivir.
Iglesia de la Parroquia. ( 1981). De aquellos años en La Parroquia quedaron recuerdos truncados marcados por la campana de cada pequeño rincón mirando por encima de las tapias de mi vivienda podia ver la iglesia todos los días.
Gómez y Castro. ( 2004). Los tiranos murieron pasaron los años terribles la GENTE salió a cantar en un nuevo amanecer de esperanza y libertad. Sus retratos militares en un sol de mediodía quedaron inmoviles en otra dimensión hasta el infinito.
El Campo.(2000). Un camino de arena rojiza con huellas de mulas es callejón de soledad y sombra a esta hora de la tarde serena. La luz que ilumina las espigas se abre paso entre los verdes cañamelares Y en la lejanía el blanco humo del trapiche se disuelve entre los rojos bucares que engalanan la meseta.
La Era. ( 2010). Aquella vieja era de trillar el trigo Era fiesta redonda de colores y Era circulo mágico de piedras de río. Cascos de mulas girando sin cesar bajo el sol del alegre cielo. Triturando la dorada mies entre gritos de niños y voces campesinas.
Paisaje urbano. Ejido.( 2018) Una calle inclinada rematada por fachadas multicolores Un tumulto de planos que se cortan en cubos de caras multicolores Y líneas que se fugan en un punto cortando el paisaje en mil pedazos para formar la geometría del caos.