Mérida,
diciembre 2010.
Universo evolutivo
Willians Barreto
Hace 13,7 millardos de años el Universo inició su
tránsito expansivo hacia el desorden total y definitivo.
Entonces ocurrió una gran explosión cuya huella nos
impregna. Fin del cuento. ¿Fin de la historia? Para nada. Siguen
las preguntas: ¿qué ocurrió antes del inicio de la
gran explosión? ¿qué ocurrirá
después del final de la historia del Universo? ¿son
posibles otras historias? ¿otros universos? ¿otros
descubrimientos?
La ciencia de vez en cuando desecha las ideas del establishment dando
preferencia a los hechos. La ciencia es predictiva y verificable. La
ciencia a la vez es impredecible e improvisa. A veces nuestra
señora de La Chiripa -casualidad- habla y sólo las mentes
preparadas pueden oír lo que la Naturaleza trata de decir.
Hace 45 años dos investigadores escucharon la voz del origen del
Universo; oyeron sin proponérselo un eco primitivo. El Universo
tiene un mar de fondo a muy, muy baja energía –temperatura- y si
oímos con atención podemos tener una idea de dónde
y cómo comenzó todo. El Universo emite una antigua luz,
de la misma forma que emite luz un bombillo, y lo hace con ciertas
fluctuaciones que se atribuyen a los embriones de galaxias. Estos
descubrimientos dieron el Premio Nobel a Penzias y Wilson en 1978, y a
Mather y Smoot en el 2006. Las predicciones de la teoría de la
gran explosión fueron confirmadas.
Así que tenemos un Universo que empezó en un Big Bang y
se expande aceleradamente, o al menos este es el punto de vista
predominante entre los físicos. ¡Listo, ya entendimos
todo! Para nada.
A finales de noviembre pasado Penrose y Gurzadyan aseguraron que el
Universo actual tiene sus ancestros y tendrá sus descendientes,
uno a la vez, a partir de más datos de la NASA. Esta idea
de reencarnación, de autosemejanza, de fractalidad,
tendrá que ser confirmada por otros científicos que
meterán lupa y procesarán los datos disponibles, a la luz
de las teorías establecidas. Si no hay confirmación no
seguirá el avance en esta dirección y la idea
quedará dormida hasta nuevo aviso.
El origen del Universo, su evolución y destino final ha sido es
y será también un tema formidable para los religiosos,
filósofos y artistas. En la práctica, cada quien tiene su
cosmología, según el ejercicio libre e ilimitado del
pensamiento -que a veces es usado para evitar que otros piensen-.
Borges imaginó un libro infinito, cíclico, uno cuya
primera página es idéntica y a la vez distinta a la
última, con la posibilidad de continuar indefinidamente…
ilimitado y periódico. Estas nociones cosmológicas -del
libro que es el Universo- se encuentran arraigadas también en el
budismo ancestral, mucho más apegado a la ciencia que la
tradición judeocristiana. Para el budismo la nueva
encarnación del Universo será una versión
mejorada. Interesante ¿no?.
Además de Política, deberían ser también
tema de conversación para Chana y Encarnación: Ciencia,
Ficción y Religión. Un mundo sin fin en equilibrio
inestable que busca eternamente la senda hacia otro mejor ¡Pura
evolución, Coromotico!