Según Richard Feynman, Profesor de Física Teórica en el
Instituto de Tecnología de California desde 1950 hasta 1988,
Premio Nobel de Física en 1965:

Una forma, una analogía divertida para hacerse una idea de lo que estamos haciendo cuando tratamos de entender la naturaleza, consiste en imaginar que los dioses están jugando una gran partida de ajedrez, pongamos el caso, y nosotros no conocemos las reglas del juego. Pero se nos permite mirar el tablero, al menos de vez en cuando, quizá en una pequeña esquina, y a partir de estas observaciones tratamos de imaginar cuáles son las reglas del juego, cuáles son las reglas para mover las piezas. Al cabo de un tiempo podríamos descubrir, por ejemplo, que cuando hay sólo un alfil en el tablero, este alfil siempre se mueve por casillas del mismo color. Más adelante podríamos descubrir que la ley para el movimiento del alfil consiste en que éste se mueve en diagonal, lo que explicaría la ley que descubrimos antes -que el alfil estaba siempre en una casilla del mismo color- y eso sería análogo a descubrir una ley y más adelante obtener una comprensión más profunda de la misma. Luego pueden suceder cosas, todo va bien, hemos obtenido todas las leyes, todo parece muy bien; y entonces, de repente, ocurre un fenómeno extraño en algún rincón, así que empezamos a investigarlo: es un enroque, algo que no esperábamos. Dicho sea de paso y en física fundamental siempre estamos tratando de investigar aquellas cosas de las que no entendemos las conclusiones. Una vez que las hemos puesto a prueba suficientemente, estamos conformes.
    Lo que resulta más interesante es aquello que no encaja, la parte que no procede según lo que uno esperaba. Además, podríamos tener revoluciones en física: una vez que hemos advertido que los alfiles se mueven por casillas del mismo color y se mueven en diagonal y así sucesivamente durante mucho tiempo, y todo el mundo sabe que esto es verdad, entonces uno descubre repentinamente un día en cierta partida de ajedrez que el alfil no sigue en una casilla del mismo color, que ha cambiado de color. Sólo más tarde descubrimos una nueva posibilidad, que un alfil haya sido capturado y que un peón haya coronado para dar lugar a un nuevo alfil (lo que puede suceder pero no lo sabíamos). Así que esto se parece mucho a cómo son nuestras leyes: a veces parecen definitivas, siguen funcionando y luego, de repente, algún truco muestra que eran erróneas y entonces tenemos que investigar las condiciones en las que sucedió el cambio de color de este alfil, y así sucesivamente. Y poco a poco aprendemos la nueva regla que lo explica con mayor profundidad. Sin embargo, a diferencia del juego de ajedrez, en el que las reglas se hacen más complicadas a medida que uno avanza, en física todo parece más simple cuando uno descubre cosas nuevas. Parece más complicado en conjunto porque abarcamos más -esto es, aprendemos acerca de más partículas y más cosas nuevas- y por eso las leyes parecen complicarse de nuevo. Pero si uno se fija bien, es algo maravilloso pues, aunque extendamos nuestra experiencia a regiones cada vez más inexploradas, de cuando en cuando obtenemos una síntesis en las que todo encaja de nuevo en algo unificado, en donde todo resulta ser más simple de lo que parecía antes.
    Si ustedes están interesados en el carácter último del mundo físico, o del mundo entero, nuestra única forma de comprenderlo por el momento es mediante un razonamiento de tipo matemático. Por eso yo no creo que una persona pueda apreciar por completo, ni siquiera que pueda apreciar mucho de estos aspectos concretos del mundo y del carácter profundamente universal de las leyes y de las relaciones entre las cosas, sin tener una comprensión de las matemáticas. Yo no conozco otra forma de hacerlo, no conocemos ninguna otra forma de describirlo con exactitud...o de ver las interrelaciones si no es con ellas. Así que no creo que una persona que no haya desarrollado cierto sentido matemático sea capaz de apreciar por completo este aspecto del mundo. No me malinterpreten: existen muchísimos aspectos del mundo para los que las matemáticas no son necesarias; aspectos tales como el amor, que son deliciosos y maravillosos de apreciar y hacia los que se puede sentir temor y misterio. No pretendo decir que lo único que hay en el mundo sea la física, pero ustedes estaban hablando de física y si es de eso de lo que están hablando, entonces el no saber matemáticas es una grave limitación para entender el mundo.