Una forma, una
analogía divertida para hacerse una idea de lo que estamos haciendo
cuando tratamos de entender la naturaleza, consiste en imaginar que los
dioses están jugando una gran partida de ajedrez, pongamos el caso,
y nosotros no conocemos las reglas del juego. Pero se nos permite mirar
el tablero, al menos de vez en cuando, quizá en una pequeña
esquina, y a partir de estas observaciones tratamos de imaginar cuáles
son las reglas del juego, cuáles son las reglas para mover las piezas.
Al cabo de un tiempo podríamos descubrir, por ejemplo, que cuando
hay sólo un alfil en el tablero, este alfil siempre se mueve por
casillas del mismo color. Más adelante podríamos descubrir
que la ley para el movimiento del alfil consiste en que éste se
mueve en diagonal, lo que explicaría la ley que descubrimos antes
-que el alfil estaba siempre en una casilla del mismo color- y eso sería
análogo a descubrir una ley y más adelante obtener una comprensión
más profunda de la misma. Luego pueden suceder cosas, todo va bien,
hemos obtenido todas las leyes, todo parece muy bien; y entonces, de repente,
ocurre un fenómeno extraño en algún rincón,
así que empezamos a investigarlo: es un enroque, algo que no esperábamos.
Dicho sea de paso y en física fundamental siempre estamos tratando
de investigar aquellas cosas de las que no entendemos las conclusiones.
Una vez que las hemos puesto a prueba suficientemente, estamos conformes.
Lo que resulta más interesante es aquello que no encaja, la parte
que no procede según lo que uno esperaba. Además, podríamos
tener revoluciones en física: una vez que hemos advertido que los
alfiles se mueven por casillas del mismo color y se mueven en diagonal
y así sucesivamente durante mucho tiempo, y todo el mundo sabe que
esto es verdad, entonces uno descubre repentinamente un día en cierta
partida de ajedrez que el alfil no sigue en una casilla del mismo color,
que ha cambiado de color. Sólo más tarde descubrimos una
nueva posibilidad, que un alfil haya sido capturado y que un peón
haya coronado para dar lugar a un nuevo alfil (lo que puede suceder pero
no lo sabíamos). Así que esto se parece mucho a cómo
son nuestras leyes: a veces parecen definitivas, siguen funcionando y luego,
de repente, algún truco muestra que eran erróneas y entonces
tenemos que investigar las condiciones en las que sucedió el cambio
de color de este alfil, y así sucesivamente. Y poco a poco aprendemos
la nueva regla que lo explica con mayor profundidad. Sin embargo, a diferencia
del juego de ajedrez, en el que las reglas se hacen más complicadas
a medida que uno avanza, en física todo parece más simple
cuando uno descubre cosas nuevas. Parece más complicado en conjunto
porque abarcamos más -esto es, aprendemos acerca de más partículas
y más cosas nuevas- y por eso las leyes parecen complicarse de nuevo.
Pero si uno se fija bien, es algo maravilloso pues, aunque extendamos nuestra
experiencia a regiones cada vez más inexploradas, de cuando en cuando
obtenemos una síntesis en las que todo encaja de nuevo en algo unificado,
en donde todo resulta ser más simple de lo que parecía antes.
Si ustedes están interesados en el carácter último
del mundo físico, o del mundo entero, nuestra única forma
de comprenderlo por el momento es mediante un razonamiento de tipo matemático.
Por eso yo no creo que una persona pueda apreciar por completo, ni siquiera
que pueda apreciar mucho de estos aspectos concretos del mundo y del carácter
profundamente universal de las leyes y de las relaciones entre las cosas,
sin tener una comprensión de las matemáticas. Yo no conozco
otra forma de hacerlo, no conocemos ninguna otra forma de describirlo con
exactitud...o de ver las interrelaciones si no es con ellas. Así
que no creo que una persona que no haya desarrollado cierto sentido matemático
sea capaz de apreciar por completo este aspecto del mundo. No me malinterpreten:
existen muchísimos aspectos del mundo para los que las matemáticas
no son necesarias; aspectos tales como el amor, que son deliciosos y maravillosos
de apreciar y hacia los que se puede sentir temor y misterio. No pretendo
decir que lo único que hay en el mundo sea la física, pero
ustedes estaban hablando de física y si es de eso de lo que están
hablando, entonces el no saber matemáticas es una grave limitación
para entender el mundo.