Tal Cual,
14.02.11, p. 20.
LOCTI+
Willians Barreto
La LOCTI es, básicamente, una Ley
Orgánica en estado de descomposición progresiva. El
objeto debió ser el desarrollo de la ciencia, la
tecnología y la innovación. Pero la recién difunta
asamblea de jumentos -con sus excepciones- habilitó a cualquier
sujeto para darle palo a la LOCTI-piñata. Después de su
promulgación en el año 2001 la LOCTI fue deformada en el
2005 y luego congelada por mala praxis. Se anunció una reforma y
luego una reforma de la reforma nunca realizada, hasta que una
madrugada… escuchamos un concierto de asnos bostezando, y entre
flores y vivas celebraron el esperpento.
Con apenas cuatro años, en plena infancia, en el 2005 ``la mejor
LOCTI del mundo´´ experimentó su primera
cirugía. En esta reforma el Fondo Nacional de Investigaciones
Científicas y Tecnológicas (FONACIT) fue secuestrado y
desde entonces sólo los que se adaptaron al nuevo régimen
y los afectos al gobierno -además de muchas pumalacas-
accedieron a los recursos. La LOCTI lucía como un instrumento
progre pero el país no estaba preparado para el gran salto del
0,3% al 3% del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a Ciencia,
Tecnología e Innovación (CTI). Aquí pudiera estar
otra clave de su evidente fracaso.
Más de un globo ocular dio vueltas como en una máquina
registradora old fashion, dando repiques de campanas por la
conjunción de intereses, abriéndose y cerrándose
automática e insistentemente, ávida de fondos.
El tributo, que no es tributo, fue convertido en activo por muchas
empresas e instituciones públicas y privadas, desvirtuando y
corrompiendo su espíritu. Al juntarse la escasa demanda del
sector CTI y los presupuestos deficitarios, con imaginación y
LOCTI se podían construir edificios, reparar sistemas
eléctricos, hacer diplomados, adquirir maquinarias y hasta
más de un Blue Label pudo haber sido rociado en una que otra
celebración V República.
Por entonces se reportó un portentoso fenómeno: La
Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), con apenas un 0,14% de los
investigadores del país, en el 2007 aumentó sus ingresos,
por concepto LOCTI -bestialmente, tenemos que decirlo- en ¡diez
mil ochocientos diecisiete por ciento!
Una Ley Orgánica mal ejecutada puede no sólo destruir al
objeto sino también fomentar la corrupción del sujeto. El
gobierno tardó cinco años en reaccionar con otra reforma,
más descompuesta y perversa aún. La madrugada del 30 de
noviembre del 2010 la Asamblea Nacional rebuznó. Después
de una evolución razonable de la proto-LOCTI entre 1974 y el
2001, le hicieron reingeniería troglo a la LOCTI para renacer
encandilada, afónica, manirrota y disfuncional.
Ahora ninguna iniciativa privada (ni pública) podrá
invertir motu proprio en el sector CTI. Ha nacido la LOCTI-parroquia,
un nuevo concepto revolucionario, único en el mundo, tan real
como el escurridizo e indefinido retro-socialismo del siglo XXI. El
LOCTI-cambur puede ahora ser rebanado entre los Consejos Comunales.
Cualquier camarada podrá montar su kiosco del conocimiento para
el rebusque de la cesta básica semanal. ¿Se podrán
hacer LOCTI-paraduras? ¿Qué tal una LOCTI-Cruz-de-Mayo?
¿LOCTI-sancochos? ¿LOCTI-rebusques?
¿LOCTI-campañas? ¿LOCTI-lolas?... es
cuestión de LOCTI e ingenio.
Ahora el LOCTI-aporte es de todos y para todo, menos para el desarrollo
científico y tecnológico.
La UBV, sin capacidad para la investigación y desarrollo
tecnológico, aumentó su LOCTI-tajada del 2006 al 2007, en
casi 108 mil bolívares por cada mil bolívares. Mientras,
la UCV, universidad con la mayor planta de investigadores del
país, recibía unos 600 bolívares menos por cada
mil del 2006. Mayor descaro, imposible. ¿Quién
evaluó los resultados? Honestamente, lo ignoramos. Francamente,
luce como un saqueo legalizado. La Universidad Simón
Bolívar hizo lo necesario administrativamente para aprovechar la
enorme avalancha de recursos, y sin embargo en el 2007
incrementó los ingresos por LOCTI sólo en un 52%,
aproximadamente (LOCTI en cifras, Rafael Rangel Aldao, El Universal,
19/07/08). ¿Dónde está el incremento CTI que
debió reportar la UBV? Ningún índice lo registra.
Tal vez por esta razón borraron programas
como el PPI, que dio cuenta desde 1990 de los avances en materia
científica y tecnológica, siguiendo estándares
internacionales.
El monstrico LOCTI y la nueva Ley decretada que
contempla el control de la Internet tiene un enorme impacto negativo
sobre las universidades. Son tan perversas como la nonata Ley de
Educación Universitaria. Tenemos que desandar el camino hacia la
destrucción lo antes posible. Adaptarse a los nuevos tiempos que
impone el ritmo de la bota antidemocrática,
anticientífica y antiautonómica, es un error grave que
puede cometer más de una autoridad universitaria con
pretensiones de poder. El mensaje debe ser claro y contundente: La
Universidad requiere libertad de pensamiento para poder crear
conocimiento. Nadie niega la necesidad de una ciencia utilitaria. Lo
sorprendente es que un gobierno exija sólo el desarrollo de
ciencia útil, violando flagrantemente la Constitución en
su artículo 110 y los derechos humanos de los
científicos, tecnólogos e innovadores venezolanos no
alineados con el proyecto autoritario, incluso los de aquellos que
felices e irresponsablemente aceptan cualquier reforma o convocatoria.
Una lección asimilada pudiera ser que
ingentes recursos financieros no conducen al crecimiento del sistema de
Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) cuando no se ha
adquirido la capacidad para asimilarlos. El estado actual del arte es
un círculo vicioso. Nadie tampoco duda la necesidad de una
reforma, pero no son la destrucción de las instituciones, ni la
creación de pequeños organismos de ejecución,
seguimiento y control (en el mejor de los casos), soluciones viables.