Pittsburgh, 16 de abril de 2007.


Encuentro con Gerald Martin: Biógrafo de García Márquez

Ayer domingo a las 12:15 pm, me encontré con
Gerald Martin en su oficina. Anda tan atereado que sólo
encontró una hora disponible el día de ayer. Así fue.
Me había citado a las 12 m. Llegué puntual. Toqué la
puerta indicada que decía: Knock the door hard (!Toque duro!)
La traducción no es mía, así decía en la puerta. Allí comencé
a sospechar que el encuentro comenzaba con una joda, muy a lo
García Márquez. En la oficina de al lado escuché una conversación
en inglés y me senté a esperar. A las 12:10 pm se abrió la puerta
y me llamaron por mi nombre, era Gerald Martin, me dijo
en perfecto pluscuamperfecto de subjuntivo en segunda
persona del singular: Hubieras tocado. Le dije que no quería interrumpir,
y él me dijo: por favor, espera cinco minutos. Así fue, fue así,
esperé exactamente cinco minutos. Supe entonces que el
encuentro sería muy grato y memorable.

Trataré de resumir una hora de conversación con Martin.

Resulta que se está jubilando justo esta próxima semana
y partirá a Bogotá la otra semana para continuar su proyecto (casi de vida)
sobre la biografía de García Márquez, la total. El libro debió
salir publicado en 1994 y debió ser de 400 páginas, pero
van unas 4000 páginas. La editorial original sólo quería
publicar la versión corta y dejarlo colgado de la brocha
con las páginas restantes.
No sé cómo ni le pregunté por qué se deshizo de la editorial
y tiene ahora otra que le publicará el libro en el 2008 y unos
cuatro años después la versión larga que es la que le interesa
más a Martin. El pasado sábado me escribió diciéndome que
si podíamos encontrarnos ayer domingo. Por casualidad había venido
al Pittsburgh Supercomputer Center a trabajar y pude
leer el mensaje de Martin. De inmediato le dije que si
y concertamos la cita en su oficina de la Cathedral of Learning.
Por cierto la Catedral del Aprendizaje parece una catedral
y quizás lo fue, pero ahora sólo hay salones, oficinas de profesores
y administrativas de la Universidad de Pittsburgh.
Tiene unos 20 pisos.
Es emblemática para la Universidad fundada en 1787.

A Martin le pareció interesante que un físico se interesara
en la obra de García Márquez. Le dije que los físicos solemos
ser bichos raros que nos interesamos en todo.

Martin para escribir la biografía total sobre El Gabo se
ha entrevistado con escritores y políticos importantes. Me
dijo que Fidel no cree mucho en Chávez y que lo está usando
para sus propósitos políticos en la región. Pero que no se
lo toma muy en serio. Por supuesto que le pregunté sobre
El Gabo y Chávez y me dijo que lo ha ignorado porque no
le cuadra Chávez, me dijo muy poco al respecto. Sólo comentó
sobre la entrevista que le hizo a Chávez en aquel vuelo a no
sé dónde, sobre los dos Chávez, se terminó imponiendo
el Gorila.
Me dijo que El Gabo sigue siendo amigo de CAP.

Pero la noticia más importante es que El Gabo está perdiendo
la memoria. El cáncer está controlado pero la fuga de recuerdos
no. ¿Qué cosas no? Un genio en el uso de la memoria pierde la memoria
aceleradamente. Ya no puede escribir más, bueno, al menos
no sin ayuda. Pero sigue lúcido y con buen humor. Hace un tiempo
a Martin le pareció que El Gabo no lo estaba asimilando bien, pero que recientemente
en Cartagena de Indias hizo chistes al respecto.

Martin me dijo que el evento de Cartagena de Indias es el cierre
perfecto para su libro de 400 páginas, por muchas razones:
Equiparamiento con Cervantes (edición popular de Alfaguara de
un millón de ejemplares de CAS); en la práctica, reconciliación
con Vargas Llosa; asisten los Reyes de España y Bill Clinton, entre
otras personalidades.

Martin me ha dicho que usa bigote para pasar desapercibido en
Latinoamérica. Que hasta anda con bolsas plásticas de mercado
como maletín para que no lo asalten en las grandes ciudades.
En fin, me ha parecido un personaje, es muy agradable
en la conversación.

Aprecié cierta simpatía hacia Fidel Castro, lo cual es lógico,
porque es El Biógrafo de El Gabo. Es claro que ha hecho amistad
con El Gabo y sospecho que con Fidel. Es un académico, un investigador,
y para lograr sus objetivos se ha transmutado en uno de nosotros
y hasta critica fuertemente la política de Estados Unidos hacia
nosotros en Latinoamérica y para la guerra.

Uno de los problemas que no ha resuelto Martin en su biografía de
García Márquez es la debilidad de éste por las niñas de 12-13 años (al menos
en la obra). Sobre todo está presente en el último libro, al punto
que se enamora de la Bella Durmiente.

El Gabo resta importancia a Cien Años de Soledad, dice que la crítica
es exagerada. Martin soltó que para El Gabo Cien Años de Soledad
es un acto de exorcismo con muchas claves para los amigos y conchas de
mango para los críticos. Es curioso, alguien que no recuerdo me dijo
hace tiempo que la única vaina interesante que ha escrito El Gabo fue
Cien Años de Soledad. Martin me dijo que era lo que la gente, el
populacho pues, quería leer. Me preguntó cuál era mi libro favorito
y le dije El Coronel no tiene quien le escriba y Doce cuentos peregrinos.
Me dijo que El Coronel ... es un libro casi perfecto. Eso pasó desapercibido
en ese momento, lo de casi perfecto, y ahora reconstruyendo el encuentro
quisiera entenderlo. Pensé y creo que lo entiendo. Le dije que además tengo
un grato recuerdo del El Coronel... porque mis dos hijos mayores se
iniciaron en la lectura de novelas con ese libro.  Willians Alejandro
siempre recuerda el final.

Lo del prólogo de Vargas Llosa en la edición reciente de Alfaguara dice Martin que es
interesante, porque aunque es un fragmento de GGM: Historia de un deicidio
(que no se reeditó por la ruptura entre ellos) su publicación es una
aceptación tácita de reconciliación.

Seguro que hablamos sobre muchas otras cosas y acabo de caer en cuenta
que no le pedí que se tomara una foto conmigo, será porque siempre
he sido medio refractario a las fotos testimoniales.

Lo último es que le comenté el artículo suyo sobre la imposibilidad de traducir
a García Márquez. Me dijo que es un ensayo menor que escribió
más o menos a la carrera. Lo que más me llamó la atención sobre sus comentarios
a su ensayo fue su propósito: Decirle a los traductores que hagan un mejor
esfuerzo para el encuentro de las dos culturas (latina y anglosajona), porque
se puede pensar obviamente que lo hacen a propósito para mantener el patio
trasero sucio. Palabras más, palabras menos.

Al final, después de una hora de encuentro,
cuando regresaba a casa bajo la lluvia, caí en cuenta que Martin
ha usado la literatura para hacer una fina política, muy sutil
e inteligente, como El Gabo.

Postdata

   Coetzee en su libro titulado Elizabeth Costello dice que el negocio
   de contar historias se parece a muchas cosas, una de ellas es a una botella
   con un genio dentro. Un amigo (Silvio Orta), profesor de Letras, ya retirado, escribió un artículo
   en la prensa regional (El Tiempo) sobre un amigo de él también
   retirado (Eduardo Gasca) y que ha traducido varios libros de Edgar Allan Poe.
   Su eslogan es: Traducir o Morir, y ha intentado durante años
   acercarnos a Poe. Mi amigo dice que traducir es, quizás, como la botella pero con
   el genio por fuera, hasta vaciarla o morir en el intento.