El Profesor Mauricio Rodríguez Ferrara, abogado de dilatada experiencia y docente universitario de alta estima, ha tenido la gentileza de enviarme los interesantes originales de su obra El Contrato de Opción cuyo contenido salta a la vista y va más allá de las expectativas que podría sugerir a cualquier lector. No podría ser de otra manera, dada la calidad y profundidad de la temática que analiza el autor, donde trata la materia a la luz de la jurisprudencia patria y del derecho comparado con una agudeza digna del mayor elogio.
El Profesor Rodríguez
Ferrara, haciendo gala de un amplio conocimiento doctrinario en materia civil,
ha dictado las cátedras de Derecho de las Obligaciones y Teoría del Contrato,
Derecho de los Contratos Nominados, Cursos Prácticos del Derecho del Trabajo,
entre otros, desde que iniciara su actuación como Profesor Ordinario de la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Los Andes en
julio de 1981 hasta el presente, donde le vemos meritoriamente ascendido a
Profesor Agregado [hoy profesor titular] con la mención “sobresaliente”; por otra parte, su
conocimiento y dominio de cuatro idiomas (español, inglés, francés e
italiano), le han permitido penetrar en los clásicos y tomar de las fuentes el
fundamento e interpretación de las doctrinas más trascendentales, lo cual ha
reflejado a través de sus publicaciones monográficas e interesantes artículos:
El Contenido de la Responsabilidad Civil
(1978); Seis años de Casación Civil (1974-1979);
Un proyecto de Información
Jurisprudencial; Un Hecho Ilícito
Contemporáneo: La Publicidad Subliminal (1988); La Vía Ejecutiva en la Propiedad Horizontal (1986), entre otros, y
el estudio monográfico que hoy se presenta bajo el nombre de El
Contrato de Opción.
La obra, que divide el autor en seis capítulos, nos adentra en el conocimiento de una materia de evidente importancia para el abogado por la trascendencia práctica que envuelve, ya que el contrato de opción resulta una figura jurídica utilizada muy a menudo en las relaciones negociales, pero pocas veces comprendida en sus verdaderos extremos y consecuencias, al confundírsele con otros pactos, promesas o contratos. En tal sentido, el Capítulo I clarifica la figura comenzando por analizarla desde el punto de vista terminológico remontándose al derecho romano, e incluso refiriendo una acertada cita de Justiniano en sus Instituciones, donde alude a las verdaderas y propias características del contrato de opción, para concluir finalmente que se trata más que de una figura antigua, de una figura olvidada. En los Capítulos II y III nos aproxima a la naturaleza misma del contrato de opción diferenciándolo de algunas figuras semejantes como el contrato preliminar, el preparatorio, el previo, el pre-contrato, el ante-contrato, el contrato normativo, la oferta irrevocable, el pacto de preferencia, etc., con mención y cita de importantes autores como Giorgi, Gaudemet, Messineo, Scognamiglio, Kummerow, Aguilar Gorrondona, Urbaneja, etc. Luego en el Capítulo IV precisa la ubicación del Contrato de Opción dentro del estudio del derecho y razona el autor la verdadera naturaleza y alcance del mismo diferenciándolo de figuras afines, tomando como base para ello la evolución doctrinaria y jurisprudencial moderna, y formulando un interesante comentario del artículo 1.333 del Código Civil italiano —no existente en nuestra legislación— y el cual abre una vía para llegar a la oferta irrevocable diferente a la de origen convencional, que es la ley, al indicar que “. . . la oferta dirigida a concluir un contrato del que deriven obligaciones solamente para el oferente es irrevocable apenas llega a conocimiento de la parte a la cual ha sido dirigida. El destinatario puede rechazar la oferta en el término requerido por la naturaleza del negocio o por los usos. A falta de rechazo el contrato se tiene por concluido”. Sin embargo, cabe señalar que ya la legislación en la República de Cuba, desde hace más de cincuenta años define el contrato de opción al disponer el Artículo 1º del Decreto Ley 882 del 19 de febrero de 1935, lo siguiente: “La opción es un contrato por virtud del cual el propietario de un bien o de un derecho, que es el optatario, se obliga, por tiempo fijo, con otra persona, que es el optante, a otorgar con él, o con la persona que éste designe, un contrato determinado, con los pactos, términos, cláusulas y condiciones que consten de la opción”.
Como bien lo adelanta el autor, el problema de la ubicación del contrato de opción dentro del estudio del derecho tiene su condición fundamental en determinar si éste pertenece al campo de los contratos preliminares o al campo de los contratos definitivos, y precisando al final del Capítulo IV, con la agudeza propia del buen jurista, expresa una cabal definición de “la opción como el contrato por medio del cual una parte llamada promitente ofrece irrevocablemente, por un cierto tiempo, celebrar un determinado contrato con otra parte llamada optante, quien es libre de aceptar o no la oferta de celebrar el contrato que le ha sido propuesto”.
Finalmente, en sus últimos capítulos el autor se adentra en consideraciones sobre los efectos de este tipo de contrato, dando respuesta a interrogantes tales como ¿qué sucede una vez celebrado el contrato de opción y mientras la oferta irrevocable generada por el contrato de opción no sea aceptada por el destinatario? ¿Qué sucede si el optante decide ejercer la opción? ¿Qué sucede si el optante no decide ejercerla? Luego de formular interesantes ejemplos y de analizar las obligaciones de las partes, se adentra en las propias características del contrato y despeja las dudas en relación a si se trata de un contrato preliminar o definitivo, principal o accesorio, unilateral o bilateral, de efectos obligatorios, consensual, real o formal, gratuito u oneroso, aleatorio o conmutativo, intuitu personae o impersonal, para concluir finalmente con un agudo análisis sobre los elementos del contrato: de existencia (consentimiento, objeto y causa), de validez (capacidad negocial y libre consentimiento), y sus elementos o circunstancias accidentales.
Para concluir, el autor hace mención de la interesante selección bibliográfica consultada, que incluye treinta y tres obras. Damos pues la bienvenida a esta extraordinaria publicación, fruto de la capacidad analítica y del esfuerzo investigativo del Profesor Mauricio Rodríguez Ferrara, que sin duda alguna constituye un aporte de gran calidad a la escasa bibliografía patria sobre un tema de palpitante actualidad, y que constituirá una obra de obligada consulta para jueces, estudiantes, investigadores y abogados en ejercicio.
José
Agustín Catalá, hijo
Magistrado de la Corte Primera
de lo Contencioso Administrativo
Caracas,
mayo de 1994