Canto general a la basura y desperdicios
Carlos Domingo
Epílogo
1
Aquí se alza mi voz por vez postrera 
para cantar con apolínea altura 
la notable e isólita manera 
de elección para rey de la basura, 
esto es, de la fantástica carrera 
de carros realizada en la llanura 
formada por la céntrica avenida 
la más ancha del mundo conocida. 

2
Conducido en las alas de mi mente 
y por la sabia mano de mi musa 
aparece ante mi súbitamente 
en profusión innúmera y confusa 
gran multitud de carros y de gente 
que alumbra el alba con su luz difusa 
y que con grande apuro y diligencia
se aprestan a la magna competencia. 

3
Y como ya los rayos de la aurora 
ornados de arreboles y celajes 
iluminan con luz deslumbradora 
la multitud ingente de carruajes 
puedes ¡Oh musa! designar ahora 
los nombres de los grandes personajes 
que dan lustre y honor con su presencia 
a la inmensa y selecta concurrencia. 

4
Primero está Joaquín Pérez Velarde 
con cuatro toneladas de basura, 
sus corceles apresta en los que arde 
el afán de iniciar prueba dura; 
haciendo de destreza gran alarde 
se prepara Don Rómulo Ventura 
y el famoso Venancio Peñalarga 
que blasona también roñosa carga.

5
Está también Jerónimo Cardoso 
preparando su ajuar para la prueba 
cargamento pesado y asqueroso 
sobre enorme carro es el que lleva 
a su lado aparéjase afanoso
el afamado Federico Trueba 
y el conocido Cátulo Barrientos
que reparte basura a cuatro vientos. 

6
Y otros muchos están , hombro con hombro, 
otros diez, otros veinte y otros ciento 
y otros ciento cincuenta que no nombro 
pues se haría demasiado largo el cuento. 
Hay quien carga basura, quien escombro
hay quien trabaja rápido, quien lento, 
quien reposa tranquilo, quien se agita 
quien bebe, quien discute, quien medita.

7
Cinco hileras de carros enfilados 
a todo el ancho están de la avenida 
los que van delanteros más cargados
para ser su ventaja disminuida.
Ya están todas las cosas preparadas
para dar la señal de la partida
nadie se atreve a hacer el menor ruido 
mientras atiende al toque convenido. 

8
El toque de clarín rompe los vientos 
y del silencio a la gran turba saca 
hay quien pega sin muchos miramientos 
a su caballo con pesada estaca
quien maldice a los santos sacramentos
porque asustado su corcel se empaca
quien se lanza sin freno y sin trabajo
echando mil demonios, calle abajo.

9
Igual que cuando el río turbulento 
se desborda e inunda la llanura 
o como el mar que henchido por el viento
a la playa da acuosa sepultura
cubre así la avenida en un momento 
la multitud de carros de basura
y el aire surcan rústicos sonidos 
relinchos, maldiciones y alaridos.

10
Unos avanzan cautos hacia el medio 
otros toman sin miedo por la acera
hay quien choca y se vuelca sin remedio 
esparciendo basura por doquiera 
otro halla el subterráneo de por medio 
y a los tumbos desciende la escalera 
otro su carro sin querer desvía 
y se introduce en una lechería.

11
Se amontonan mirones y curiosos
atraidos del polvo y de los gritos 
muchos partido toman afanosos
enemigos marcando y favoritos. 
Surgen desde lugares misteriosos 
vendedores de chuenga y cubanitos
y a la ventana asoma algún vecino
alarmado del ruido matutino.

12
Hay quien piensa que el río se desborda
o que algún terremoto lo hunde todo 
hay quien hace al bullicio oreja sorda
y prosigue su sueño de igual modo 
hay quien piensa que al fin se armó la gorda
y espera entusiasmado un acomodo
en el orden social que se avecina
surgido del motín que él imagina.

13
Llegan en tanto algunos a Lavalle
va primero Jerónimo Cardoso, 
cayéndole basura por la calle 
se pone el pavimento resbaloso,
avanza sin cuidar este detalle
gritando y maldiciendo sin reposo
empuñando su látigo en la mano 
con yerto cuello y corazón ufano.

14
Don Federico Trueba va segundo 
y viendo que Cardoso le aventaja
deja al punto las riendas furibundo
trepando por su carro hasta la caja
arroja cargamento nauseabundo 
y así el peso del carro se rebaja
y en forma tan patente lo aligera
que comienza a tomar la delantera.

15
La magnífica idea surte efecto
y el ejemplo bien pronto es imitado
cada cual lanza cargamento infecto
sin cesar hacia el uno y otro lado
se puebla de inmundicias gran trayecto
y el aire se oscurece hasta tal grado
que sólo se divisa informe masa
y ninguno distingue lo que pasa.

16
Cuando van acercándose a Corrientes 
se aclara la tormenta de basura
han volcado ya algunos contendientes
y va primero Rómulo Ventura 
uno de los más rápidos siguientes
a su lado afanoso se apresura 
mas choca el obelisco y se hace trizas 
esparciendo basuras y cenizas.

17
Así corre Don Rómulo adelante
entonando su grito belicoso
su ventaja ya es neta e importante 
y su ánimo resuelto y empeñoso. 
Cien metros de los otro va adelante
cuando en ágil avance y poderoso 
Joaquín Pérez Velarde con gran brío
presenta a su victoria desafío.

18
Cual dos flores que crecen en el prado
un blanco lirio y una rosa pura
y cada cual es bella en sumo grado
compitiendo en fragancia y hermosura 
así compiten en el altercado
los dos potentes carros de basura
que se destacan como dos gigantes
entre tantos ilustres contrincantes.

19
Joaquín Pérez Velarde audaz avanza 
sin poder superar a su adversario
y cuando el carro de Ventura alcanza
en modo peligroso y temerario 
encendidas basuras sobre él lanza
con artero propósito incendiario 
de manera que en muchos carros luego 
sus destructivas lenguas alza el fuego.

20
Tres carros de bomberos preparados 
que estaban apostados en Alsina 
tocando la campana y desbocados
hacia la turba van que se avecina
dos de ellos son de súbito arrollados 
y el otro que a escapar tan sólo atina 
para no terminar de igual manera 
se mezcla y se confunde en la carrera .

21
Cunde en la retaguardia el desaliento 
por los choques, incendios y otros males 
algunos abandonan al momento
su carro en locaciones anormales 
otros que en la revuelta su elemento 
encuentran para acciones ilegales
se entregan al pillaje y los excesos
ocurriendo vandálicos sucesos.

22
Don Federico Trueba mientras tanto 
consigue retomar la delantera
enarbolando negro y sucio manto 
que hace flamear a modo de bandera 
a Belgrano se acerca en su adelanto
do el rumbo ha de torcer de la carrera
y en donde el riesgo aumentará por obra 
de la apremiante y rápida maniobra.

23
Ya doblan los primeros por Belgrano 
en peligrosa y rápida carrera 
sin distinción tomando cualquier mano 
y yendo por la calle y por la acera
cada cual se adelanta muy ufano 
sin reparar el medio o la manera
y busca descartar al contrincante 
llevándoselo todo por delante.

24
Como el mar en potente marejada 
a un estuario sus olas precipita 
y oprimido en tan ínfima morada 
con peligrosos vórtices se agita 
de tal forma la turba arrebatada 
de carros se revuelve y se encabrita 
tratando cada cual pasar primero 
al nuevo y más estrecho derrotero.

25
Los caballos de algunos se desbocan 
por el ruido y los choque espantados 
otros tumulto y confusión provocan 
al querer retornar amedrentados 
al riesgoso trabajo otros se abocan 
de desplazar el carro a los costados 
y escapar por las calles laterales 
para evitar así mayores males.

26
En Diagonal penetran los primeros 
entre los edificios desfilando 
donde cirujas hay y basureros 
que aclaman a los de uno y otro bando 
insultando, gritando desafueros 
y sucios desperdicios arrojando 
a manera de aliento y de saludo 
con los más bravos del combate rudo.

27
Los que van terminando la carrera 
responden al insólito homenaje 
cada cual lanza de cualquier manera 
el resto de lo que hay en su carruaje. 
Vuela escombro y cenizas por doquiera 
transformando de súbito el paisaje 
y formando fantástica espesura 
de torrentes y montes de basura.

28
Igual que cuando suben hasta el cielo 
en las fiestas los fuegos de artificio 
así en alas del viento alza su vuelo 
nube inmensa de polvo y desperdicio 
los restos y ceniza hacen un velo 
que cubre toda casa y edificio 
y forman torbellinos de basuras, 
que se elevan en triunfo a las alturas.

29
En tanto en la vanguardia va creciendo 
la puja con encono y con fiereza 
pues algunos la meta ya están viendo 
y se arrojan hacia ella de cabeza 
otros lanzan basura pretendiendo 
a sus carros dotar de ligereza 
o aún de lastimar a contendientes 
con basuras y objetos contundentes.

30
Otros viendo su puesto en desventaja 
con desesperación hacen coraje 
y se acercan a quien les aventaja 
a quitarle las riendas del carruaje 
hay quien al conductor del carro baja 
hay escenas de lucha y abordaje 
y se producen muchas cosas feas, 
altercados, insultos y peleas.

31
Ya se acercan algunos a la meta 
que en la estatua de Roca está ubicada 
con jueces, dos heraldos con trompeta 
y una cinta en la calle atravesada. 
Todos lucen sus trajes de etiqueta 
la banda de homenaje está aprestada 
y pululan curiosos, periodistas, 
magistrados, fotógrafos y artistas.

32
Llegan ya los primeros contendientes 
y atropellan la meta y el jurado 
hay confusión, corridas y accidentes 
y no es posible ver quién ha ganado 
hay robos de trofeos evidentes 
hay vuelcos de los carros que han llegado 
y chocan con violencia partidarios 
que vivan a diversos adversarios.

33
Del edificio de Perú entretanto 
arrecia la avalancha de basura 
tiran por las ventanas todo cuanto 
se encuentra en su vetusta arquitectura 
ventanas, aparejos, cal y canto, 
ladrillos y pedazos de estructura 
y caen esparcidos o en montones 
equipos, profesores y ratones.

34
Y así en lluvia continua van cayendo 
inútiles objetos y elementos 
hasta que al fin con pavoroso estruendo 
cede la construcción y sus cimientos 
entonces a los restos van subiendo 
cirujas, basureros y harapientos 
que forman de las ruinas en la altura 
el grandioso festín de basura. 

Fin