1
esta vez gastronómica Talía que en las cisorias artes eminente cortó, para alumbrar, la pluma mía, permitas -¡oh Don Luis!- benevolente a Apolo entrar, al descansar del día, la luz en tus oídos soberanos reflejos despertando pavlovianos. |
2
Medusa de tentáculos canales, que imágenes lejanas apareja petrificando el ojo sus fanales. Al ya juego que esférico maneja, al ya de ninfas competir mundiales, sea mi canto Perseo y prevenido tú, atado Ulises con atento oído. |
3
mi lira en cuarto humilde sea sentida donde prolijo el hacedor se empeña en el diario quehacer de la comida y pueda yo de vianda navideña la versión multisápida expandida el ensamblado describir complejo al que tan meritoria labor dejo. |
4
el proceder exacto y minucioso por el que surge en culinario encanto el bollón navideño novedoso y si mi verso aspirar puede a tanto como el manjar que evoca es delicioso menos sólo se oirán que eternamente tu nombre con mi lira juntamente. |
5
en duelo al agresor pone los ojos (si no venganza a necesaria herida exequia merecida a sus despojos) una regular pieza es requerida que tajarás con ímpetus no flojos por su ecuador. Un hemisferio pica y guarda el otro mientras no se aplica. |
6
del ajo aquel que Porro se apellida gallarda planta en el mercado adquieres y sobre tabla ubicas extendida, marfil separas de esmeralda y hieres cada sección, y cuando reducida se pueda ver a mínimos cristales las ubicarás en platos desiguales. |
7
dulce aunque verde, cuando no rojizo, donde luciente opaca cavernoso, en la ibérica mesa advenedizo, que el guerrero Cortés y valeroso de las índicas tierras viajar hizo, del golfo las templadas ondas graves surcando en nuevas, no abrasadas naves. |
8
la ebúrnea parte del picado ajo echa en aceite, que se echó primero, y lo picado que siguió a aquel tajo. Sobre llamas lo asientas con esmero y añade luego, para más trabajo, vegetal diente, blanco aunque picado, que alientos contamina aunque lavado. |
9
hizo de su infidencia cubrimiento - y alivió ver al ave vigilante su fin cincuenta veces y tormento- dos libras molerás en un instante y, cual Juno en feroz ensañamiento, hierves con ajo y la cebolla alterna más de ají dulce saborosa terna. |
10
del pilón ladrillado de cristales condensados del zumo de la caña "por quien desdeña el mundo los panales", más fragmentado ramo de apio España y mucha de los dioses celestiales drupa del árbol sacro suculenta Que Palas brinda y Hélade fomenta. |
11
al caldero y a más de la semilla de la bija, que el patrio nombre ostenta de onoto en que el color sanguíneo brilla, de nuez que la mirística alimenta cobriza, aunque su cuna fue amarilla, y esos sabores mezcla y equipara con reiterados giros de cuchara. |
12
una vez su vapor se ha disipado, cuatro agrega del rojo y reluciente - sin brillante cubierta y bien picado- fruto, que de las Indias de Occidente del Po a la feraz cuenca aclimatado tributo es disputado que blasona - legumbre o fruto- Ceres o Pomona. |
13
agregas dos pequeñas cucharadas de las que ostenta el alcaparro flores, cumplidas aunque no, sí avinagradas, dos pimientos, distintos en colores, y una taza de dulces y arrugadas pasas del fruto que sugiere tragos cuya planta de cabras sufrió estragos. |
14
toma de Cronos para su apariencia, permite el de burbujas desiguales del caldero en murmúrea efervescencia, bullir, de los nutrientes materiales el sabor componiendo y consistencia, conjugando la esencia de los mismos en cibales gustosos silogismos. |
15
que Mexico brindó al planeta entero irás echando con templada mano sobre la hirviente mezcla del caldero, revuelve si bien suave sin desgano hasta que su cocido sea certero y puedas inferir de su apariencia pastosa pero firme consistencia. |
16
en bandeja poniendo el contenido, celebrando con canto navideño, campanas, explosivo y demás ruido, y si exitoso sales de este empeño que ofrendes a tu mesa lo obtenido, mientras yo humilde el canto aquí termino del bollón navideño gongorino. |
Carlos
Domingo. El Bollón Gongorino. Mérida, Diciembre 1999.