Poema discurso de Carlos en ocasión de recibir el
Doctorado Honoris Causa en Economía de la Universidad de Los Andes

Mérida, 27 de Enero de 2006

Mas bien me cae antipático
y me pone algo neurótico
este homenaje estrambótico
que se me quiere otorgar
y es en mi ya sintomático
que en situaciones patéticas
tengo reacciones poéticas
que no puedo controlar.

Es un hecho psicológico
y para algunos fantástico
que un homenaje encomiástico
me cause tal desazón.
Muchos lo juzgan ilógico
y requiere un analítico
estudio profundo y crítico
que explique esta situación

Un amigo algo polémico
me dijo con tono irónico
que soy un sureño crónico
y por esa condición
un homenaje académico
aunque se suponga válido
es muy pequeño y escuálido
para mi auto-estimación

Yo hice otra hipótesis lícita
mi auto-aprecio es tan altísimo
que tan solo yo mismísimo
lo puedo fundamentar
actitud que lleva implícita
rehusar por extemporánea
toda pretensión foránea
de quererlo resaltar

Mi tendencia hacia lo anárquico,
sin duda una herencia ibérica,
me provoca una colérica
e incontrolable reacción
a cualquier acto jerárquico
que presente una hipotética
sociológica o genética
faz de discriminación

Creo en una igualdad básica
trocada por patológicas
desigualdades ilógicas
de riqueza y de poder
realzada en forma clásica
por títulos honoríficos
o en atuendos específicos
que nunca pude entender

Y agrego, sin más retórica,
que en mi página informática
de manera sistemática
me he esforzado en inferir
de una deducción histórica
una sociedad no utópica
ordenada y anti-entrópica
en que quisiera vivir

¿Por qué entonces, si clarísimo
es mi rechazo sistémico
a este suceso académico
he decidido asistir?
Un consejo importantísimo
me puso algo más pacífico
y este ritual honorífico
con buen ánimo admitir

Mi hija, que es algo sarcástica
(tal vez un razgo genético)
y a este honor me vio, frenético
decidido a renunciar
me exigió una menos drástica
actitud con mis homólogos
científicos y sociólogos
que no debo desairar

Y en modo más específico
me dijo que era egocéntrico
creerme un elemento céntrico
de esta ofrenda doctoral
pues tras el acto honorífico
en sí mismo un espectáculo
celebrarán sin obstáculo
un grato encuentro social

Y a mi objeción hipotética
de que por no hallarme plácido
quizá un comentario ácido
iba en el acto a expresar,
respondió en forma sintética
que mis colegas y acólitos
mis comentarios insólitos
más bien van a disfrutar.

De acuerdo con esta tónica
propongo de modo enfático
a este acto catedrático
de ceremonia formal
acabarlo en forma armónica
y que de modo espontáneo
se haga pasaje instantáneo
a dicha reunión social

(Y si, por afán atávico,
alguien presenta una crítica
le diré que es mi política
sólo un discurso aceptar:
esdrújulo, octosilábico
en octavillas explícitas
con acentuaciones lícitas
como el que acabo de dar)