Date: Wed, 10 Oct 2001 10:13:26 +0400 (GMT)
From: Marta  Sananes <sananes@faces.ula.ve>
To: foroprofesoral@ciens.ula.ve
Subject: La soledad humana


La soledad humana

Creo que el universo puede ser aún más rico de lo que nuestros sentidos
pueden percibir. Creo que podemos estar inmersos en una realidad
subyacente que sea a la vez origen y fin de todo lo que existe. Creo que
esa puede ser la morada del Dios ideal, entretanto separado y ajeno al
devenir de esta parte material. Así lo puedo imaginar. Así me parece que
lo concibe la sabiduría hindú.

¿Pero quién o qué es ese dios al que todos invocan y ponen de su lado,
dónde reside?

Pues creo saber qué es y donde está. Es el Superyo en la trinidad - yo,
ello, superyo - que Freud identificó como estructura de la psique. O como
lo puso Berne [1] en términos más sencillos, el Padre en el esquema PAN -
Padre, Adulto, Niño - del Análisis Transaccional. Reside en la mente de
cada uno de nosotros, siendo nuestra máxima autoridad, nuestra conciencia
existencial y moral. Por lo tanto se dirá que no es único. No, no lo es,
pero muchas veces parece serlo porque, como resultado de herencia
cultural, aparece casi idénticamente reproducido en la mente de un
conglomerando humano que conviva o no en una misma región del planeta,
cual espejos reflejando una misma imagen. ¿Puede alguien ser ateo? No,
porque todos cargamos con nuestro dios-padre-superyo, pero con distintos
contenidos. ¿Existe Satanás? Sí puede existir, pues en algunas personas el
dios-padre-superyo puede haberse conformado con contenidos
destructivos-agresivos en oposición al dios-padre-superyo generalmente
conformado con contenidos constructivos-defensivos.

¿Cómo se forma? Una parte básica - el instinto de conservación, por
ejemplo, que nos dice "lucha o huye" - debe venir instalada en nuestra
psique, suponemos, como resultado de la larga evolución que llega hasta el
ser humano y debe estar presente en todas las criaturas. Insertada allí
pudiera estar la capacidad para que, muy excepcionalmente, podamos
conectar con el Dios externo, en lo que Chopra [2] llama la Zona de
Transición entre el mundo material y Dios. Pero en el ser humano la
mayor parte debe instalarse desde el nacimiento y durante toda la
infancia, principalmente inculcada por la madre, el padre, el entorno
familiar cercano y finalmente por la escuela, la religión o la ideología.
En la vida adulta y sobre todo en la adolescencia, puede que sea
susceptible a la inserción de nuevos comandos por sugestión o
autosugestión.

¿Cómo funciona? Principalmente en forma automática. Según el Análisis
Transaccional, los tres componentes de la psique deben estar equilibrados
en la persona adulta normal, con el Adulto al control, el Padre vigilante
para tomar el control sólo en casos de excepción para promover o prevenir
acciones en resguardo de la integridad tanto física como psíquica del ser.
El Niño debe funcionar espontáneamente jugando - imaginando, creando - con
la mayor libertad posible bajo la atención del Adulto. En las personas con
trastornos de conducta el Padre o el Niño son quienes toman el control,
desestimando la Razón del Adulto. También según el Análisis Transaccional,
se pueden prolongar indefinidamente comunicaciones entre personas mediante
"transacciones" complementarias (PP-PP; PA-AP; PN-NP;...), mientras que
las comunicaciones en forma de transacciones cruzadas las rompen (PN-AA;
AA-NP; PA-NN, AP-PN; ...).

¿Cómo se expresa y comunica el dios-padre-superyo con los otros
componente? Mediante "comandos" - Haz o No hagas - órdenes de ejecución
inmediata. Mientras que el Adulto se expresa con voluntad, acciones,
razonamientos, advertencias, ideas y el Niño con preguntas, juegos,
experiencias, sensaciones, sentimientos.

¿Qué propiedades tiene? Suponemos que puede activar en muy poco tiempo la
energía necesaria para que el organismo pueda realizar tareas urgentes,
como luchar o huir. Pero los humanos podemos haber encontrado formas de
invocar su capacidad de proporcionarnos energía extra para asistirnos en
otras tareas aún cuando no sean de inminente peligro, como ganar una
competencia del tipo que sea.

¿Cuál es el papel del dios-padre-superyo en el desarrollo y
establecimiento de nuestra conducta? Nos condiciona desde pequeños a la
realización de conductas automáticas bajo ciertos estímulos.

Las religiones por siglos nos han dado la ilusión de estar bajo una
protección sobrenatural y sus sacerdotes nos ofrecen paraísos si nos
comportamos según sus prescripciones, lo cual nos hace más llevadero el
aceptar nuestro destino final, que todos sabemos cual es. Pero
desgraciadamente han servido también para enfrentarnos unos con otros, en
nombre de dioses contra dioses detrás de los que en realidad sólo están
seres humanos muchas veces provistos de dios-padre-superyos soberbios e
insensibles. Podemos suponer que el poder y la violencia se asientan en un
conglomerado cuando hay uno o un grupo que actúa  bajo control de un
dios-padre-superyo exacerbado y autoritario, mientras el resto de la masa
responde estando bajo control de su niño-ello culpabilizado, inseguro y
temeroso. Es una relación complementaria que puede durar por mucho tiempo,
si no es cortada por intervenciones de tipo Adulto. O dicho de otra
manera, los miembros de la masa calcan sus dioses-padres-superyo del
dios-padre-superyo dominante, y éste toma el control. Así terminan siendo
capaces de actuar ciegamente obedeciendo órdenes.

Creo que para la convivencia pacífica y constructiva de la humanidad cada
ser humano tiene que asumir su individualidad y responsabilidad y, por
tanto, en última instancia su soledad en el universo. Pero a la vez saber
que puede relacionarse sanamente con los otros a los distintos niveles:
como niños libres para disfrutar y crear, como adultos libres para entender,
conocer y construir, como padres libres para educar y ser educados
compartiendo quizás un dios-padre mínimo, suficiente para el resguardo
de la integridad física, psíquica y moral, como individuos y como especie.

[1] Berne, Eric. Juegos en que participamos. Editorial Diana, 1973.
[2] Chopra, Deepak. Conocer a Dios. Plaza & Janés Editores, 2000 (How to
know God. Harmony Books, Random House Inc., 2000 )