[Foroprofesoral] Dos comentarios al artículo "Llamando golpe a un golpe"
sananes en ula.ve
sananes en ula.ve
Mar Jul 14 14:18:02 VET 2009
Dos comentarios al artículo “Llamando golpe a un golpe” publicado el
Viernes 10 de julio de 2009 en la sección Diario Itinerante por el
periodista Andy Robinson, corresponsal volante del diario La Vanguardia.
(http://www.lavanguardia.es/lv24h/20090707/imp_53739534673.html)
(Fue enviado a este foro por Iturriaga como ...el golpe del pueblo contra
un primer ministro corrupto y odiado, culpable de "populismo"
http://listas.ula.ve/pipermail/foroprofesoral/2009-July/007941.html )
1. Dice el periodista:
“Pero poco a poco se fue quedando diáfanamente claro que eso no había sido
el golpe del pueblo sino el golpe del pueblo más o menos acomodado de la
gran metrópoli, es decir la minoría. La mayor parte de la población que
aun vive en el campo o en barriadas de infraviviendas lejos del centro
cosmopolita de Bangkok, habían votado al derrocado Sinawatra y aún lo
apoyaba.”
Ateniéndonos a la definición del DRAE, un golpe de estado siempre sería
una acción de un grupo conspirador, no "del pueblo"; que tenga apoyo de
una minoría o de la mayoría de la población o de parte o de toda la
comunidad internacional es otro cantar.
En Venezuela tanto la mayoría de la población como la comunidad
internacional aprobaron el golpe de estado que derrocó al gobierno de
Pérez Jiménez de origen triplemente ilegítimo, además de represivo y
corrompido.
El triunfo de las milicias cubanas puede considerarse un súper-golpe de
estado, precedido de la guerra de guerrillas, que derrocó al gobierno de
Batista, de origen legítimo inicialmente pero devenido en dictadura
corrupta. También ese golpe en su momento obtuvo el apoyo de la mayoría
local y de la comunidad internacional.
Aquí mismo el fracasado y sangriento golpe militar del 92 de Chávez, Arias
y demás militares despertó bastante apoyo, tanto que la posterior amnistía
de Caldera permitió que Chávez obtuviera por elecciones el poder que no
pudo conquistar por la fuerza. El apoyo al golpe estaba alimentado por la
percepción de la mayoría de que el de CAP y los gobiernos que cercanamente
le precedieron, aunque de origen legítimo, habían degenerado en
corrupción y estancamiento social. Esta percepción estaba además
exacerbada por el clima mediático de la época, liderado por JVR al frente
del llamado grupo de “los notables”, es decir, una minoría intelectual
acomodada.
El problema esencial no es en sí el apoyo popular, minoritario o
mayoritario, que un golpe de estado pueda tener. Lo esencial es cuál era
la situación de conflicto de la que de manera violenta y rápida se
intentaba salir y si era posible otro tipo de salida legal y pacífica con
el máximo de acuerdo social.
Cuando la situación conflictiva deriva de un gobierno -sea de origen
legítimo o ilegítimo- que abusa de su poder y astucia, que controla
absolutamente todos los poderes para imponer su voluntad y que descalifica
moralmente a sus opositores para excluirlos y hostigarlos, es muy difícil
cualquier salida democrática institucional.
Si además se ha instaurado la persecución sistemática con espionaje,
restricción o supresión total de la libertad de expresión y uso de
represión en cualquiera de sus formas, es casi imposible.
Situaciones así pueden desembocar en rebeliones violentas, por el
“principio de acción y sobre-reacción” o "resistencia de sus adversarios"
como dice Mires, pero muchas veces cuando no se quiere o no se puede
encontrar una vía de solución, lo que termina instalándose es una
situación de resignación generalizada de los excluidos opositores -sean
minorías o mayoría- y emigración de todos los que pueden, tal como ha
ocurrido en Cuba.
2. Más adelante dice el periodista:
“... tienen mucho que perder si ese "populismo" funciona. Cuando yo hice
una crónica desde una misión de apoyo social en una barriada marginada de
Caracas, planteando la posibilidad de que en lugar de clientelismo el
programa Barrio adentro de ayuda a los pobres podría ser una manifestación
de voluntad democrática, ... ”
Conmoverse, como este periodista, por los logros de lo que llama
“populismo” que en Venezuela es el “proceso” declarado hacia una nueva
versión de socialismo hegemónico no democrático -el “socialismo
bolivariano” o “socialismo del siglo xxi”- es no tener en cuenta que todos
los socialismos hegemónicos “reales” colapsaron, excepto el de Cuba.
El socialismo real cubano no ha terminado de colapsar porque fue
apuntalado después del colapso de la URSS primero por empresas
capitalistas de turismo -principalmente españolas, que aprovechan las
excepcionales condiciones de sumisión laboral- y ahora por la asociación
con la Venezuela “en proceso” al “socialismo del siglo xxi”.
Si no hubieran ocurrido esas experiencias de más de medio siglo de
socialismos reales desastrosos, para muchas personas sensibles sería
natural compartir las políticas sociales con la fe de que el nuevo sistema
persistiría mejorando las condiciones de vida de los más pobres hasta
alcanzar niveles de vida satisfactorios para toda la población y que de
allí en adelante, el progreso en todos los aspectos sería indetenible.
También se creía antes que ese futuro ideal que iba a ser la sociedad
comunista justificaba cualquier pérdida de libertad individual como mínima
contribución al bien común así como la actitud belicosa hacia el “enemigo
contra-revolucionario” que trataría por todos los medios de impedir la
implantación del paraíso de los trabajadores.
Pero no se llegó en ninguna parte a ningún paraíso. Lo que sucedió en los
“socialismos reales” -que nunca ni se acercaron al comunismo ideal- es que
las condiciones de vida de todos se estancaron o retrocedieron incluso las
de muchos, equiparándose finalmente todos en carencias, salvo la reducida
élite dirigente. Las restricciones a las libertades individuales sólo
sirvieron para empobrecer también la condición humana de muchos, a unos por
desesperanza y a otros por conveniencia.
A todo esto se sumó la imposición de su “orden” bajo la conducción de
liderazgos pretendidamente infalibles y a “sangre y fuego”, con
fusilamientos, purgas internas o confinamientos en campos de
“reeducación”. Y por último aunque no menos importante, todos
intervinieron o intentaron hacerlo en otros países para exportar
sus modelos y enfrentaron al mundo capitalista en la costosa y peligrosa
guerra fría, caliente en algunos casos.
Lo que ocurre en Venezuela tiene todas las trazas de repetir el mismo
patrón y por lo pronto, está repitiendo similares procesos de exportación
de su “proceso” a otros países.
Para leer también:
Artículo “Los mitos de la izquierda”, de Gloria Cuenca en
http://www.noticierodigital.com/?p=41300
Entrevista con Maza Zavala en El Universal:
http://www.eluniversal.com/2009/07/10/eco_art_maza-preve-desempleo_1467276.shtml
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