El tabaco puede utilizarse de varias formas, y la popularidad de cada forma varía a los largo del tiempo y en los diferentes entornos. Así, puede ser ingerido por vía gastrointestinal, respiratoria y percutánea, empleando distintos métodos, entre los que se cuentan:

El tabaco para mascar es muy común en América del Sur y las Antillas, y su práctica se ha observado en distintas sociedades. Frecuentemente al mascar tabaco se asocia con otros métodos de ingestión del mismo, o incluso con el consumo de otras sustancias, como las hojas de coca. Otra forma de consumo del tabaco consiste en prepararlo como ambil, un extracto negro y gelatinoso que se obtiene del tabaco y se puede mezclar con almidón de mandioca o arrurruz, al que a veces se añaden otros ingredientes tales como semillas de aguacate, azúcar sin refinar y tapioca.

Beber jugo de tabaco quizás sea una de las prácticas de consumo más antiguas, principalmente entre las tribus indígenas sudamericanas. El tabaco bebido también se asocia con otras formas de ingestión, junto con bebidas alcohólicas y con sustancias alucinógenas.

Los indígenas de América del Sur también emplearon el tabaco en enemas y supositorios como remedio contra el estreñimiento y las infecciones parasitarias. La absorción del tabaco a través de la piel, intacta o erosionada, es asimismo una costumbre muy difundida entre las tribus sudamericanas.

Fumar ha sido y sigue siendo la forma más frecuente de consumir TABACO: fumaba antiguamente la población oriunda de América del Sur, y se consumen hoy cigarros y cigarrillos en todo el continente.