Antes que llegaran los europeos, ya los nativos del Nuevo Mundo cultivaban las dos especies de tabaco de mayor importancia económica: Nicotiana Tabacum y Nicotiana Rustica. Los indígenas ofrecieron sus hojas en signo de amistad a Cristóbal Colón y a sus hombres a su llegada a estas tierras. Viajeros posteriores también notaron el empleo del tabaco por los habitantes indígenas, quienes lo consumían en pequeñas cantidades durante ritos de amistad o guerra, ceremonia religiosas y negociaciones. También ingerían el tabaco en grandes cantidades para producir alteraciones de la conciencia, consultar a los espíritus y provocar estados de trance.

Existe evidencia del uso del tabaco por los mayas. Esculturas de piedra de sus dioses ubicadas a la entrada del santuario del Tiemplo de la Cruz en Palenque, México, los muestran fumando cigarros ahusados o pipas tubulares. En los escritos del obispo Diego de Landa, una de las primeras fuentes europeas sobre la cultura maya, se menciona la costumbre de fumar ralacionada con los ritos de iniciaciónm de la pubertad. En el POPOL VUH, el libro sagrado de los mayaquichés, también se mencionan los cigarros que, según Fuentes y Guzmán, en los altos de Guatemala eran envueltos en hojas de guayabo. El tabaco era además importante en los ritos bélicos en honor a Huitzilopóchtli, dios azteca de la guerra, y existía la creencia de que el cuerpo de Ciuacóatl, patrona de la guerra, estaba hecho de tabaco.

En 1555 el fraile Francisco André Thebet describió el uso del tabaco por los indios tupinambás del Brasil para suprimir el hambre y la sed, y para impartir a los guerreros la fuerza necesaria para vencer a sus enemigos. Los indios taínos de las Antillas Mayores, por su parte, utilizaban tubos bifurcados no solo para el tabaco sino también para el consumo de otras sustancias psicotrópicas, mientras que los indios caribes de las Antillas Menores y del nordeste de América del Sur solían mascar tabaco mezclado con cenizas o con conchas martinas pulverizadas.

En el siglo XVII, el tabaco ya se cultivaba en forma intensiva en las colonias americanas, y se había constituido en una de las principales exportaciones del Nuevo Mundo, en respuesta a una demanda creciente de los países europeos. Durante el siglo XIX y las dos primeras décadas del XX, el tabaco para mascar y el cigarrillo se convirtieron en las formas mas usadas en el mundo.