Es una respuesta local de hueso que rodea el ápice de un diente y que ocurre como consecuencia de una necrosis pulpar y posterior destrucción de los tejidos periapicales.
La necrosis pulpar ocurre después de que las bacterias invaden la pulpa, debido a una caries, traumatismo o restauraciones profundas y en mal estado. Los tóxicos de la pulpa necrótica salen hacia el ápice radicular para provocar una reacción inflamatoria del ligamento periodontal periapical  del hueso apical.
Esta reacción se caracteriza histológicamente por un infiltrado inflamatorio compuesto de linfocitos mezclados con neutrofilos polimorfonucleares. Los neutrófilos pueden agruparse para formar pus, produciendo el absceso periapical.

Características clínicas:  Los síntomas de las lesiones inflamatorias periapicales varían, desde se asintomáticas, hasta un dolor dentario ocasional, o un dolor severo, con o sin hinchazón facial, fiebre y linfoadenopatías.
Un absceso periapical habitualmente se manifiesta con dolor severo, movilidad y ocasionalmente extrusión del diente afectado, edema, y sensibilidad a la percusión.
A la palpación de la región periapical hay dolor. El drenaje espontáneo dentro de la cavidad oral a través de una fístula puede aliviar el dolor agudo. L a lesión aguda puede evolucionar a una crónica (absceso, granuloma o quiste periapical), que puede ser asintomática excepto en aquellos casos donde se puede presentar una exacerbación aguda del dolor en una lesión crónica. (absceso crónico - agudizado).

Características radiográficas: Las características radiográficas varían dependiendo de la evolución de la lesión. Las lesiones iniciales (absceso periapical agudo) pueden no mostrar cambios radiográficos, siendo la sintomatología clínica quien nos ayuda al diagnóstico de estas lesiones. Las lesiones crónicas (absceso periapical crónico) puede mostrar cambios escleróticos o líticos en el tejido óseo, e incluso ambos. Pero generalmente lo observamos como una imagen radiolucida de bordes no definidos. La localización de la mayoría de las lesiones periapicales inflamatorias es el ápice del diente afectado y menos frecuentemente, se localizan en la porción lateral de la raíz.
Esto puede ocurrir debido a conductos radiculares accesorios, perforaciones radiculares tras la instrumentación endodóntica, o después de una fractura.
Los bordes del absceso periapical crónico son mal definidos, mostrando una transición gradual del hueso trabecular normal, que lo rodea hacia el patrón óseo anómalo de la lesión. En ocasiones los márgenes pueden aparecer bien definidos, con una zona de transición bien delimitada y un aspecto que simula unos límites corticales. Su estructura interna  consiste en un cambio detectable en la densidad ósea, la cual se observa radiolucida. Comienza con un ensanchamiento del espacio del ligamento periodontal en el ápice del diente y posteriormente afecta una zona mayor del hueso. En estos estadios iniciales puede no existir evidencia de una reacción ósea esclerótica. Posteriormente durante la evolución de la enfermedad, ocurre una mezcla de esclerosis y lisis en el hueso. A la zona de esclerosis se le llama osteítis condensante, mientras que a la imagen de reabsorción ósea se le denomina osteítis rarificante. El área con mayor destrucción ósea está centra en el ápice del diente, mientras que el patrón esclerótico se sitúa en la periferia.
Efectos sobre las estructuras adyacentes:
Habitualmente la lámina dura que rodea el ápice del diente se  pierde, así como es espacio correspondiente al ligamento periodontal. En los casos crónicos puede ocurrir una reabsorción externa de la raíz. De igual manera el canal pulpar puede aparecer más ancho de lo normal.

Diagnóstico diferencial: Se debe diferenciar el absceso periapical crónico de la displasia cemento ósea periapical en su primera etapa. El diagnóstico diferencial recae principalmente en el examen clínico, incluyendo la prueba de vitalidad pulpar.
El diagnóstico diferencial del absceso periapical crónico también lo hacemos con un  proceso de cicatrización periapical y con algún límite anatómico normal como el agujero mentoniano o el agujero palatino anterior. Si el paciente ha sufrido un tratamiento endodóntico o una cirugía apical, puede verse una radiolucidez residual que puede parecer una osteítis rarificante (absceso periapical crónico). Para el diagnóstico diferencial radiográfico cobra gran importancia la sintomatología clínica.
Tratamiento:
El tratamiento incluye la terapia del conducto radicular o la extracción del diente con la intención de eliminar el material necrótico del conducto radicular, y con esto suprimir la fuente de inflación. Si se deja sin tratar, los dientes pueden volverse asintomáticos debido al drenaje que se establece a través de la caries.