Programa de Estudio de Educación Básica

Información General

3.- Componentes del currículo del Nivel de Educación Básica

En atención a la estructura definida para el Currículo Básico Nacional el Currículo del Nivel de Educación Básica, comprende los siguientes Componentes Curriculares:

Ejes Transversales
Fundamentación
Perfil de Competencias del Egresado
Objetivos: de Nivel; de Etapa;
Objetivos Generales de Área
Áreas Académicas (Plan de Estudio)
Contenidos: Bloques de Contenidos; Tipos de Contenidos;
Proyectos Pedagógicos de Plantel y de Aula
Evaluación.

3.1.- EJES TRANSVERSALES

El hombre enfrenta actualmente múltiples problemas que afectan en mayor o menor grado, tanto al mundo oriental como al mundo occidental: el deterioro de la salud, del ambiente, de las relaciones internacionales, el consumismo, la desigualdad, la pobreza extrema, los prejuicios raciales, la violencia, la corrupción, la pérdida de identidad cultural son, entre otros, problemas que se manifiestan en las diferentes culturas. Junto a ellos, los cambios acelerados en el ámbito científico, tecnológico, comunicacional, industrial, obligan a una reorientación de la educación sobre la base de un nuevo paradigma sustentado en valores y actitudes que brinden sentido y armonía a la vida del hombre.

En Venezuela, y en relación con la necesidad imperativa del cambio educativo a partir de las transformaciones que enfrenta el hombre del siglo XXI, Rivas C. (1996) señala:

«...el mundo actual está urgido de una educación diferente con un fuerte contenido ético y principista que le permita facilitar la más armoniosa forma de convivencia con las nuevas dimensiones determinadas por aquellas concepciones básicas de la cultura y del saber científico y tecnológico. En la actualidad, se impone la urgencia de una educación llamada a revisar la pertinencia y el enfoque de los contenidos indispensables para conformar su propia naturaleza y proporcionar una profunda sustentación axiológica, en cuya sólida y esencial conformación, el hombre pueda encontrar respuestas oportunas y convincentes para sus inquietudes...»

Otros autores manifiestan preocupaciones que pueden relacionarse con la cita anterior. Así, De Viana (1997), en un artículo en el cual se plantea el problema de la ética y la política en nuestro país, expresa que más que el «rescate» de los valores, el desafío de la sociedad venezolana es el de «crear la posibilidad de que existan esos valores y convicciones en la conciencia de los individuos».

Para dar respuesta a expectativas como las citadas, se hace indispensable asumir la reforma educativa a partir de una concepción dentro de la cual la escuela sea entendida como una organización integrada a la comunidad y como centro para la reflexión y la discusión de los problemas éticos-morales que afectan directamente al colectivo venezolano.

Dentro de esta concepción y a partir de lo señalado en el diseño curricular de Educación Básica, se asume la transversalidad como mecanismo que permite la interrelación entre el contexto escolar, familiar y socio cultural. Así mismo, garantiza la integración de todas las áreas académicas. El enfoque transversal que se propone considera cuatro ejes en la primera etapa de Educación Básica: Lenguaje, Desarrollo del pensamiento, Valores y Trabajo. En el Modelo Curricular para el Nivel de Educación Básica (1997) se señala explícitamente que los ejes «...constituyen una dimensión educativa global interdisciplinaria que impregna todas las áreas y que se desarrolla transversalmente en todos los componentes del curriculum...»


Debe quedar claro que los ejes constituyen temas recurrentes que emergen de la realidad social, entretejidos en cada una de las áreas que integran el curriculum, lo que les asigna su carácter transversal. En consecuencia, no pueden considerarse como contenidos paralelos a las áreas sino como medios que conducen a un aprendizaje que propicie la formación científica humanística y ético moral, de un ser humano cónsono con los cambios sociales que se susciten.

Los ejes transversales se constituyen, entonces, en fundamentos para la práctica pedagógica al integrar los campos de ser, el saber, el hacer y el convivir a través de los conceptos, procesos, valores y actitudes que orientan la enseñanza y el aprendizaje. Hay que insistir en el hecho de que el enfoque transversal no niega la importancia de las disciplinas, sino que obliga a una revisión de las estrategias didácticas aplicadas tradicionalmente en el aula al incorporar al curriculum, en todos sus niveles, una educación significativa para el niño a partir de la conexión de dichas disciplinas con los problemas sociales, éticos y morales presentes en su entorno.

Yus Ramos (1997), coincide con otros especialistas y con los planteamientos señalados al considerar que la función de la escuela actual gira en torno a dos aspectos: 1. El desarrollo radical de la función compensatoria de las desigualdades de origen social, mediante la atención y el respeto a la diversidad y 2. La reconstrucción de los conocimientos, actitudes y pautas de conducta que el alumnado asimila en las prácticas sociales de la vida paralela a la escuela. Para atender estos aspectos, señala, se hace necesaria otra forma de enseñanza y una reconceptualización de la cultura escolar.

El mismo autor indica que:

"... frente a una tradición signada por el estudio memorístico, superficial y fragmentario se hace necesario encontrar un vínculo o un puente que una la cultura académica con la cultura vulgar, que provoque la relación activa y creadora del alumnado con la cultura pública de la comunidad humana. Desde esta perspectiva, los contenidos disciplinarios sólo pueden considerarse herramientas valiosas para ayudar a comprender la realidad natural y social, para la reconstrucción crítica de los propios significados y comportamientos..."

"La reconceptualización de la cultura escolar" implica una reorientación ética, moral y didáctica bajo la responsabilidad de todos los docentes. Por lo tanto, debe ser explicitada en los proyectos que desarrollen las diversas instituciones educativas comprometidas con el hecho de brindar un nuevo sentido a la educación, La transversalidad, entendida así, conduce a considerar la educación como una acción profundamente humanizadora a partir de la cual se hacen realidad las nuevas proposiciones en las que importa el "aprender a aprender", "aprender a hacer" y "aprender a vivir" dentro de un contexto caracterizado por la armonía, la convivencia y la solidaridad.

La reorientación de la cultura escolar está también unida a una nueva organización de los contenidos como fundamento para posibilitar el conocimiento integral de la realidad que, según la UNESCO, debe fomentarse a partir de aproximaciones interdisciplinarias, orientadas a la resolución de problemas. Dentro de este enfoque integrador, los ejes transversales, organizados como una red, posibilitan el encuentro entre las disciplinas y el establecimiento de relaciones significativas entre los diferentes contenidos.

Desde el punto de vista operativo es importante observar que los ejes transversales se materializan en el curriculum en tres dimensiones interrelacionadas:

1. En la toma de decisiones sobre el sistema de valores en los que se va a centrar la acción educativa. Estas dimensiones suponen un proceso de reflexión, diálogo, definición, acuerdos y compromisos que debe explicitarse en el Proyecto Pedagógico de Plantel como uno de sus componentes esenciales.

2. En la adecuación de los reglamentos escolares con los valores seleccionados: La organización y el funcionamiento de la vida escolar debe ser coherente con aquellos valores que se han considerado básicos para la convivencia humana.

3. En los contenidos curriculares a través de problemas y situaciones que fundamenten un aprendizaje significativo para el niño.

Como puede inferirse de los planteamientos anteriores, la inclusión de los ejes transversales en el currículo favorece también la "autonomía pedagógica" del docente en la búsqueda de respuestas ajustadas a las particularidades de la escuela y de los alumnos. Este hecho explica la orientación del currículo oficial que sólo propone los elementos básicos nacionales en cada etapa de Educación Básica, de forma que sean los equipos docentes de cada escuela los que concreten las acciones a desarrollar de acuerdo con las particularidades regionales y estadales. Se valora de esta forma la acción del maestro, directivos y la familia, como responsables del equipo que, conjuntamente con los alumnos, harán realidad un proyecto educativo ajustado a su contexto sociocultural.

Todo lo expuesto permite observar que los ejes transversales no son abstracciones que se aprenden conceptualmente. Se aspira que ellos se traduzcan en actitudes y comportamientos concretos relacionados dinámicamente con la realidad en cada una de las áreas curriculares. Esto, dentro de un enfoque que propicia la autonomía, la globalización y la interdisciplinariedad como recursos que permitan al sistema educativo, dentro de un contexto cambiante, responder con vivencias concretas a las exigencias que la sociedad le impone.

A continuación se presenta la justificación así como las dimensiones, alcances e indicadores correspondientes a cada uno de los Ejes Transversales propuestos en el Currículo Básico Nacional del Nivel de Educación Básica.