CRISIS ASMÁTICA
Definición
El asma bronquial es un desorden inflamatorio crónico de la vía aérea que se caracteriza por hiperreactividad bronquial, limitación reversible del flujo de aire a través de la vía aérea y síntomas respiratorios. Es la enfermedad pulmonar crónica más frecuente tanto en los países desarrollados como en los países en vía de desarrollo, y constituye la patología crónica de mayor prevalencia en la infancia. Los cuadros agudos de exacerbación de los síntomas se conocen como crisis asmáticas y representan una causa frecuente de consulta en los servicios de urgencias.
La crisis asmática puede definirse como un episodio agudo o subagudo de deterioro progresivo de la función pulmonar, manifestado por disnea, tos, sibilancias y sensación de opresión en el pecho, como síntomas únicos o en cualquier combinación. Este deterioro se acompaña de disminución del flujo respiratorio.
El principal suceso que caracteriza el cuadro de asma es la presencia de una inflamación crónica y persistente de las vías aéreas que lleva a un aumento en la producción de moco y broncoconstricción secundaria. La inflamación bronquial está presente en todos los pacientes independientemente del grado de severidad, incluso en el paciente asintomático y con función pulmonar normal. Las células inflamatorias involucradas son los mastocitos, eosinófilos, linfocitos T y basófilos. La hiperreactividad bronquial y la obstrucción de las vías aéreas son consecuencia del proceso inflamatorio crónico.
Los desencadenantes de las crisis asmáticas varían de persona a persona. Se han logrado identificar algunas causas relacionadas con las crisis como por ejemplo la exposición a alergenos, la polución ambiental, los cambios de clima, el ejercicio, algunos alimentos y drogas, situaciones emocionales fuertes y las infecciones del tracto respiratorio, especialmente las de tipo viral. Una vez se produce la exposición al evento desencadenante, se inicia una reacción inflamatoria inmediata a los pocos minutos con predominio de la acción de los mastocitos y mediada en gran parte por IgE. En esta fase temprana ocurre el broncoespasmo, el edema y la obstrucción al flujo aéreo. Posteriormente ocurre la fase tardía (unas cuatro a seis horas después) en la que predomina la inflamación de la vía aérea y la hiperreactividad.
La dificultad respiratoria progresiva es debida a la obstrucción de la vía aérea, que a su vez es consecuencia del bronco-espasmo, la hipersecreción de moco y el edema de la mucosa del tracto respiratorio.
La crisis asmática puede definirse como un episodio agudo o subagudo de deterioro progresivo de la función pulmonar, manifestado por disnea, tos, sibilancias y sensación de opresión en el pecho, como síntomas únicos o en cualquier combinación. Este deterioro se acompaña de disminución del flujo respiratorio.
El principal suceso que caracteriza el cuadro de asma es la presencia de una inflamación crónica y persistente de las vías aéreas que lleva a un aumento en la producción de moco y broncoconstricción secundaria. La inflamación bronquial está presente en todos los pacientes independientemente del grado de severidad, incluso en el paciente asintomático y con función pulmonar normal. Las células inflamatorias involucradas son los mastocitos, eosinófilos, linfocitos T y basófilos.
La hiperreactividad bronquial y la obstrucción de las vías aéreas son consecuencia del proceso inflamatorio crónico.
Los desencadenantes de las crisis asmáticas varían de persona a persona.
Se han logrado identificar algunas causas relacionadas con las crisis como por ejemplo la exposición a alergenos, la polución ambiental, los cambios de clima, el ejercicio, algunos alimentos y drogas, situaciones emocionales fuertes y las infecciones del tracto respiratorio, especialmente las de tipo viral.
Una vez se produce la exposición al evento desencadenante, se inicia una reacción inflamatoria inmediata a los pocos minutos con predominio de la acción de los mastocitos y mediada en gran parte por IgE. En esta fase temprana ocurre el broncoespasmo, el edema y la obstrucción al flujo aéreo.
Posteriormente ocurre la fase tardía (unas cuatro a seis horas después) en la que predomina la inflamación de la vía aérea y la hiperreactividad.
La dificultad respiratoria progresiva es debida a la obstrucción de la vía aérea, que a su vez es consecuencia del bronco-espasmo, la hipersecreción de moco y el edema de la mucosa del tracto respiratorio.
Signos y Síntomas
El paciente asmático puede presentar, durante el tratamiento dental, un episodio de insuficiencia ventilatoria en forma de crisis asmática que requerirá un diagnóstico y tratamiento urgente. El diagnóstico del asma bronquial es eminentemente clínico, la crisis aguda suele comenzar con tos, a veces con expulsión de pequeños tapones mucosos, acompañado de broncoespasmo, disnea, tiraje, opresión en el pecho y cianosis de aparición tardía. La auscultación pulmonar revela la presencia de estertores roncos y sibilantes (disnea con sibilancias). La gravedad de la crisis puede ser variable, desde aquella que cede espontáneamente hasta la que se presenta en pacientes con antecedentes de episodios graves. Estos pacientes llegan a ser incapaces de moverse durante la crisis, permanecen sentados en el sillón dental para ayudarse en la respiración con los músculos accesorios. Presentan taquipnea con respiración superior a 30 respiraciones por minuto, acompañado de taquicardia.
Tratamiento
El principal objetivo es controlar los síntomas, prevenir las crisis y mantener la función pulmonar lo más cerca posible de la normalidad. Ante una crisis importante el tratamiento debe ser instaurado precozmente.
Si el paciente esta medicado, se le pide que lleve su inhalador a la consulta.
Existen inhaladores mixtos (Ventide®) que contienen Salbutamol 100 mcg (brocodilatador) junto con 50 mcg de dipropionato de beclometasona (esteroide), así como, salmeterol y propionato de fluticasona (Seretide ®).
Uso de broncodilatadores del tipo b -adrenérgico de acción rápida en aerosol:
- Salbutamol 1 ó 2 inhalaciones o Terbutalina 2 inhalaciones.
- Oxígeno por máscara facial o catéter nasal a 4 L/min.
- Oxígeno por máscara facial o catéter nasal a 4 L/min.
- Si el paciente no responde al inhalador o si la crisis es desencadenada ante un alergeno se puede utilizar Hidrocortisona 100-300 mg VEV y referir a un centro hospitario.
Emergencia
Referencias
- Gutiérrez, P. (2005). Urgencias médicas en odontología. México: Ed. McGraw-Hill Interamericana
- Santos, M., Mesa, B., Betancourt, A., Cubeira, E., Fernández, M. Urgencias clínico-estomatológicas: Guías para el diagnóstico y tratamiento. Rev Cubana Estomatol. [online]. ene.-abr. 2000, vol.37, no.1 p.5-49. Disponible en la World Wide Web:http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75072000000100001&lng=es&nrm=iso ISSN 0034-7507.
- http://www.nlm.nih.gov/medlineplus.
- http://www.encolombia.com/medicina/
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