Nelson Gómez Callejas

(guadamecí contemporáneo, libros de artista y dibujos)

El Guadamecí

Es una técnica de trabajo artístico sobre cuero, que se caracterizaba por la aplicación, sobre esta piel curtida, de una fina lámina de plata o de oro como capa de preparación, para pintar, modelar, incisar, ferretear, repujar, grabar, gofrar o policromar de forma duradera la piel. La piel dorada, es decir, plateada y dorada con corladura, era la base del guadamecí (Apreciación tomada del escrito de Anna Soler i Colomer en El cordobán y el guadamecí, en El Arte en la Piel). Hoy en día y con el desarrollo de la industria química y las distintos mestizajes culturales, como es el caso del guadamecí en Latinoamérica, podemos hablar del guadamecí contemporáneo. Así llamó Manuel González Arias, Director de la revista española oficio y arte, el trabajo presentado por Nelson Gómez Callejas en el marco de los IV Encuentros del Cuero en octubre del 2000 en el Museo do Coiro de Allariz, (Ourense) Galicia, España (Cf. nš053 del año 2000-2001). De la misma manera, se considera que el guadamecí es el dibujo, la pintura y el grabado sobre cuero.
El soporte del guadamecí era inicialmente la badana o piel de cordero macho, estando prohibido el uso de piel de oveja debido a su inferior calidad. Hoy, y hablando de los avances químicos en las curtiembres, es obvio que se consigan pieles de diferentes animales de alta calidad para trabajar el guadamecí y se utiliza la vaqueta de res curtida con sustancias vegetales que permite excelentes resultados con el empleo de las diferentes técnicas aplicadas en el guadamecí.
Desde el punto de vista artesanal y también artístico, el guadamecí tuvo una aplicación estética, decorativa y religiosa. Ahora es un recurso o procedimiento utilizado para expresiones artesanales y artísticas contemporáneos y queda claro que su evolución, su técnica de producción, su uso y aplicación han cambiado y permiten manifestaciones diversas en los distintos países en las que se ponen en práctica. Si embargo, hay que señalar que el guadamecí tiene su origen en el sur de la península ibérica y bajo la dominación árabe. Los árabes introdujeron, tanto la elaborada técnica del curtido de las pieles, como el trabajo más artesanal y artístico en la piel ya curtida, extendiendo su influencia a toda la península Ibérica y de allí a toda Europa y países de América Latina.
El vocablo “guadamecí” tiene, por lo tanto, etimología y origen árabe, y tradicionalmente se ha considerado que procede de la ciudad norteafricana de Ghadamès, donde ya en época medieval eran famosos sus cueros. Charles Devillier, en uno de sus primeros estudios sobre guadamecíes Notes sur les cuir de Cordoue, guadameciles d`Espagne (1870) justifica el origen de la palabra guadamecí a partir de una cita de la obra del siglo XII El jardín perfumado por las noticias de las comarcas, de Ebn`Abd El Noùr, el Hamari el Tounsi, donde dice: “Ghadamès...de esta villa viene el cuero ghadamesien”.
Elena Pezzi propone un origen etimológico de guadamecí que equivaldría a cuero revestido y decorado, negando su derivación a partir de un topónimo. Las formas antiguas peninsulares como guadamessì, guadalmexir o guadalmezir tienen una correspondencia clara con el vocablo árabe mazir, que significa “estar cubierto de vegetación”. Supone una evolución a partir de la locución árabe wad`al-masir, usada como adjetivo y que significa “de la condición del que es vivo de colores” o “del tipo de elaboración del que está rameado”, definiendo así las cualidades artísticas de los guadamecíes iniciales. Asimismo, la forma usada por el árabe hispano para denominar al cuero, gueld, junto con la forma masir evolucionarían hasta llegar al término guadamecí.
Del guadamecí en América, dice la publicación El Arte en la Piel: “De su utilización en América conocemos de su importancia desde Córdoba y Sevilla, y algunos documentos interesantes que avalan su utilización también como revestimientos de muros, por ejemplo, en el recibimiento del palacete del conde de San Javier de Caracas. Hacia 1736 fecha..., con una moldura de estrado (cenefa) de cordobàn guadamecí de plata, oro y colores, bien tratado”.
Sigue refiriéndose María Paz Aguiló Alonso en el catálogo editado por el Museu de l´Art de la Pell (Colección Munmany, Catalunya, España) El Arte en la Piel: A partir de los testimonios de la época sabemos que los guadamacileros estaban establecidos en el barrio de la Axerquía por su proximidad con el río Guadalquivir.La descripción más precisa fue la de Ambrosio de Morales, quien explicaba (Antigüedades, fol.11Orto.): “Las badanas sirven para los guadamacís que se labran tales en Córdoba que de ninguna parte de España haya competencia y tantos que a toda Europa y a las Indias se provee de allí esta hacienda y da también una hermosa vista por las principales calles della. Porque como secan al sol los cueros dorados ya labrados y pintados, fijados en grandes tablas para que se enjuaguen hace un bell mirar aquello entapizado con tanto resplandor y diversidad”.

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