Propiciar y abogar por un mecanismo de ascenso para el personal docente, mediante el cual un profesor pueda ascender en un tiempo menor que el estipulado en el EPDI si posee una productividad académica excepcional. Esto con la finalidad de incentivar a los profesores jóvenes a un mejor desempeño en sus labores universitarias: Docencia, investigación, formación de recursos humanos y extensión. Un mecanismo por cuyo desarrollo y ejecución hagamos de la academia una carrera más atractiva, que, en términos de preferencias humanas, les sea más reinvidicables a los profesores dedicarse a la misión digna de la universidad en lugar de, como ocurre ahora, resultar más atractivo dedicarse a la actividad política de mero proselitismo en desmedro del ser y hacer universitario. Queremos, y es lo que nos proponemos hacer, una academia de nuevo cuño, en cuya configuración la tarea de hacer ciencia resulte reinvindicada hasta su máxima expresión desde todos los puntos de vista: social, institucional, económico, político y estratégico.

• Propiciar la creación de convenios de cooperación entre la universidad, el Estado y el sector empresarial privado para estimular, a través del financiamiento, a nuestros investigadores, para la elaboración de proyectos de investigación, que redunden en beneficio de la sociedad y contribuyan al desarrollo industrial sustentable de la región.
• Revisar y reestructurar los organismos que gestionan y administran los recursos destinados a la investigación y el postgrado, a saber, CDCHT, CEP e Intercambio científico, para que estos recursos puedan llegar efectivamente a todos aquellos que realizan una actividad de docencia tanto en pregrado como en postgrado así como de investigación y de extensión.
• En relación con el financiamiento de los distintos programas de investigación y formación de recursos humanos debemos asumir muchas iniciativas. Adicionalmente al financiamiento del CDCH, por la vía de los índices fijos y variables del CNU, hay que inyectarle recursos adicionales que pueden venir de dos fuentes: Un porcentaje de lo recaudado por ingresos propios debería ir a formación de doctores y un más eficiente manejo de la institución debería liberar recursos para inyectarlos al CDCH con el mismo propósito. Otras medidas tienen que ser: Utilizar los programas del FONACIT y de otras fuentes (Misión Ciencia, Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación, por ejemplo), para la formación de postgrado.

• Incorporar a la ULA en el proceso de construcción del nuevo sistema nacional de admisión y prosecución, que actualmente discute el Consejo Nacional de Universidades, enriqueciéndolo con las propuestas producto de nuestra larga experiencia en la materia. El objetivo es facilitar el ingreso de todos los aptos, sin discriminaciones de clase, de tipo de plantel ni de región del país de procedencia de los aspirantes.

• Mejorar las residencias estudiantiles ya existentes y crear otras nuevas dignas de un país como el nuestro, utilizando recursos del Estado y de la inversión privada. Eliminar las distorsiones ocurridas en el funcionamiento de las mismas.

• Homologar las becas estudiantiles con las de otras universidades (Universidad Bolivariana y Universidad Central de Venezuela) y organismos como la OPSU, FONACITE, OEA, etc., es decir, elevar las becas a un monto que ascienda a las seis unidades tributarias.

• Revisar y reestructurar los organismos que administran los recursos de pregrado tales como CODEPRE y DAES, para que dichos recursos puedan llegar efectivamente a las facultades y departamentos universitarios a fin de poder acondicionar adecuadamente los laboratorios de docencia y las salas de computación, entre otros medios indispensables para una educación moderna e integral. Es decir, se trata de descentralizar los recursos financieros y las competencia de las instituciones centrales de la ULA para que estén ubicadas en la misma base donde se realizan las actividades universitarias ( aulas de clases, laboratorios, departamentos, unidades de investigación y consejos de escuelas)

• Insistir en el fortalecimiento de los planes de formación de los profesores instructores y asistentes de nuevo ingreso, proporcionándoles los medios prácticos y teóricos que permitan elevar su calidad como docentes, partiendo de la idea fundamental conforme a la cual se entiende que son los propios departamento y unidades de investigación para determinar, el que, el como y el cuando de los recursos humanos a formar: De acuerdo a este criterio, se pretende reestructurar el andamiaje normativo y procedimental en el ámbito académico para que dichas unidades de investigación sean las encargadas de articular la asignación directa de los recursos financieros y la selección(también directa) de los recursos humanos que integraran la generación de relevo de nuestra universidad, y todo ello desde la coordinación general de los organismos centrales de carácter académico existentes en la universidad, los cuales, en este nuevo contexto de competencia, en lugar de fijar las directrices académicas y universitarias, se encargarán de ejecutar las grandes líneas académicas que, de manera descentralizada se fijen dentro de cada unidad de investigación, al tiempo de contribuir con los recursos humanos de que dispongan y a titulo de asesores y consejeros con los departamentos y unidades de investigación para que, en estas instancias decisionales, se asuman las directrices de formación de generación de relevo que más convengan a la institución universitaria.

• Crear el programa de intercambio estudiantil en todos los niveles, nacional e internacional, que permita al estudiantado realizar cursos y pasantías en universidades nacionales y extranjeras, con el fin de incentivarlos y elevar su nivel académico. Se trata, con esta propuesta, que el estudiante no tenga que medrar ante las instituciones centrales del gobierno universitario y del gobierno nacional para conseguir sus justas reinvindicaciones y, sobre todo, sus expectativas legitimas y validas de formación académica y universitaria que le habilite con los conocimientos suficientes para incorporarse a la vida activa del país; se pretende, pues, con esta propuesta, conseguir cauces procedimentales y normativos que le aseguren a los estudiantes, sin distingos de clase, ideología y nivel social, la posibilidad de acceder a grandes centros (nacionales e internacionales) del conocimiento para su optima formación, y al conjunto de demandas académicas necesarias para incorporarlo a la vida activa del país, asegurándole los recursos financieros y las relaciones interistitucionales necesarias y suficientes para lograr este objetivo; y en nuestra propuesta, la cogestión de estos programas será desarrollada de manera conjunta entre los profesores y los estudiantes mediante comisiones de integración paritaria, sin inclinaciones de ideología política alguna y con procesos de selección que tomen en consideración la excelencia académica.