Tal Cual, 14.02.11, p. 20.

LOCTI-fracaso

Willians Barreto

Una clave para entender el fracaso de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI), en cualquiera de sus versiones, es que el enfoque de la Ciencia a través del lente del billete es incorrecto. La Ciencia es mucho más que decretos y dinero. Su calidad no depende exclusivamente de los  recursos económicos destinados para su desarrollo. Depende, y esto es fundamental, de la calidad de sus ejecutantes, de la excelencia de sus ideas, proyectos y trabajos. La última fase del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (1994-1999) hacía prever lo que venía: un fracaso tras otro. Tratando de crear políticas tecnológicas y de innovación, destruyeron la política científica o cientificista, como les gusta decir a los sociólogos, juntando con los pares a los bate-quebrado nones.
    Otro aspecto para el análisis de un fracaso anunciado, es que en la LOCTI se da por sentado la responsabilidad social de los científicos. Comencemos diciendo que el juramento hipocrático es una hipocresía cursi probablemente apócrifa. Nos imaginamos a unos imbéciles jurando sobre un Principia: <<Juro hacer cumplir las leyes de Newton...>> Además, prendiendo velas a San Newton y San Einstein <<pa'que nos libren de todo mal>> La Ciencia no es una religión ni es un mito. Podemos decir con certeza lo que no es.
La responsabilidad social del científico debe ser igual a la de cualquier ciudadano del mundo, por cierto, sea médico,  sea policía o barrendero. Cada quien la tiene según le dicte su conciencia.
El científico debe ejercer su profesión con libertad. Una que le permita incluso romper las reglas, siempre y cuando respete los derechos humanos y no se auto destruya.
    No todo científico está en condiciones de popularizar la ciencia o lo que aporta a ella. Un ejemplo es Stephen Hawking. Aunque su trabajo es admirable, escribe muy mal para el común de la gente, pero es una estrella del firmamento entre los científicos.
Es muy bueno que la ciencia resulte útil, y un ejemplo de ello es la medicina. Pero, mucha ciencia se queda en las revistas especializadas, destinada al olvido o durmiendo el sueño de la incomprensión hasta quién sabe cuándo. Si la investigación satisface criterios mínimos, de calidad y excelencia, existe una alta probabilidad que conduzca a las deseadas aplicaciones "útiles" que exigen algunos gobernantes. Pero si no se satisfacen estos criterios las aplicaciones relevantes nunca llegarán.
    Escribiendo y revisando sobre el LOCTI-tema, internalizamos y reconfirmamos la enseñanza de los maestros, hay que repetirlo: la ciencia debe basarse en la calidad y no en los recursos asignados para su desarrollo. Este presupuesto puede ser trivial para mucha gente, pero es el error que cometen muchos. Los pretendidos "billete mata galán" y "galán puede ser cualquiera", arrojan luces para entender mejor la turbulencia del torrente en el fracaso de la LOCTI.

El lector interesado en el LOCTI-problema según WB puede ir a:
htt://webdelprofesor.ula.ve/ciencias/wbarreto/locti+.htm