[Foroprofesoral] Usted me perdonara, yo no se filosofar!

[sananes en ula.ve]

Prof. Valera,

No pretendo filosofar. Pero todos pensamos y sabemos que vamos a morir.
¿Por qué pues tanto pleito?

No tiene que convencerme de nada, todo lo que dice lo sabemos
perfectamente. Usted es un ejemplo de lo que afirmo en la cita que coloca
al comienzo: desde chiquito se interesó por estudiar y ha recorrido ese
largo camino, con esfuerzo y dedicación. Lo que le reprocho es no
haberles recordado eso a sus paisanos, que pudieran algunos quedarse con
la falsa impresión de que aprender, dominar una disciplina del
conocimiento e investigar es cosa fácil, al alcance de todos y que basta
con ser admitido sin ningún requisito ni de entrada ni de permanencia.

Que su educación haya sido gratuita, que haya recibido becas para el
exterior, aparte de que seguramente se lo merecía, es debido a que gracias
al petróleo hemos tenido gobiernos populistas que repartieron hasta que se
les acabó la buena estrella con la caída de los precios del petróleo. Una
de las tantas falacias del discurso presidencial es decir que la culpa de
la pobreza es el neoliberalismo, cuando jamás hemos tenido economía ni
gobiernos que se puedan calificar de tales, ni siquiera el de CAP II. CAP
en las elecciones del 88 adoptó un discurso neoliberal para enfrentar, con
la ayuda de JVR y Caldera, la posibilidad de triunfo de Fernández, al que
Caldera acusaba hasta de nazi por declararse admirador y partidario de la
economía social de mercado promovida por la exitosa democracia cristina
alemana de entonces. A la primera medida “neoliberal” –el aumento del
precio de la gasolina- se produjo la pavorosa reacción del 27F. De allí en
adelante lo que hubiera podido ser un programa de reformas coherente
quedó chucuto, mediatizado además por el estilo autócrata de CAP.

Sobre políticas universitarias, en la gestión rectoral pasada cuando se
abrió un período de presentación de propuestas de cambio en la
Universidad,  remití una en la que entre otras cosas proponía una forma de
facilitar el ingreso y permanencia de estudiantes de familias de bajo
ingreso con la sola exigencia de buen rendimiento. También proponía una
reorganización de la docencia que me parecía aprovechaba mejor el escaso
recurso de profesores de alta calificación.

Si le interesa, puede revisarla en:
http://webdelprofesor.ula.ve/economia/sananes/ARTIEDU4.html

Cuando se lamente tanto de que nuestras investigaciones y profesionales
pudieran beneficiar al exterior, piense también cuanto nos beneficiamos
nosotros de productos desde chucherías hasta equipos de alta tecnología
que traemos del exterior, importados con el ingreso de nuestro casi único
producto que es el petróleo. Nos beneficiamos de conocimiento generado
por investigaciones y desarrollos realizados en el exterior, en Medicina
por ejemplo. El movimiento del software libre, evolución del desarrollo de
software en los países del primer mundo, pone a nuestra disposición
toneladas de software, como Mailman, el software que soporta esta lista y
todas las listas de la ULA. Usamos cuentas de correo-e gratuitas en
hotmail, yahoo, gmail; hablamos gratis de computador a computador a
cualquier lugar del mundo; buscamos y encontramos cantidades de
artículos de cualquier especialidad y tutoriales para estudiar con el
buscador gratuito google; los meteorólogos tienen acceso a imágenes
satelitales en tiempo real y así tantas cosas para mencionar sólo de lo
que está disponible en Internet. Además, del llamado software privativo
pirateamos todo lo que podemos, tranquilamente. Todos son productos de
trabajo, tecnologías y recursos que están en el exterior y aprovechamos
libremente. Si se pudiera llevar una contabilidad precisa de ese tipo de
intercambios, posiblemente estamos en deuda con el exterior.

La misma preocupación que usted manifiesta por la utilidad del costo de
su formación hubiera debido pasar por la cabeza del presidente antes de
ordenar el despido indiscriminado de tantos profesionales cuya formación
también le costó mucho al Estado venezolano y a su empresa petrolera.

Marta Sananes