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La Era del UNIX propietario

Sobre 1984, cuando mamá Bell fue despojada y UNIX se convirtió en un producto mantenido por primera vez por AT&T, la más importante línea de ruptura del entorno hacker se encontraba entre una relativamente unida ``network nation'' centrada en torno a Internet y USENET ( y mayoritariamente utilizando microcomputadoras o estaciones de trabajo corriendo UNIX), y un vasto interior desconectado de entusiastas de los microcomputadores.

Fue por esta época cuando fueron por primera vez cubiertos por los medios de comunicación serios episodios de cracking fueron por primera vez y cuando los periodistas empezaron a emplear de forma errónea el término hacker para referirse a los vándalos que utilizan ordenadores, este abuso continúa desgraciadamente hoy en día.

Las workstations o estaciones de trabajo construidas por Sun y por otros fabricantes abrieron nuevos mundos para los hackers. Estaban construidas para realizar operaciones gráficas de alto rendimiento y compartir datos a través de una red. Durante los años 80, los hackers estuvieron preocupados por los retos de software y de construcción de herramientas para sacar el máximo provecho de estas características. El UNIX de Berkeley integró de forma nativa soporte para los protocolos ARPANET, que ofrecían una solución a los problemas de comunicaciones asociados con los lentos enlaces punto a punto de UUCP y fomentaron el posterior crecimiento de Internet.

Hubo varias tentativas para hacer domésticas las capacidades gráficas de las workstations. El que prevaleció fue el sistema X-Window, desarrollado en el MIT con contribuciones de cientos de personas de docenas de compañías. Un factor crítico en el éxito fue el hecho de que los desarrolladores de X estaban deseando dar el código fuente gratis de acuerdo con la ética hacker, y permitir su difusión a través de Internet. La victoria de X sobre los sistemas gráficos propietarios (incluido uno ofrecido por el mismo Sun) fue un importante precursor de cambios, que unos años después, afectarían profundamente al propio UNIX.

De vez en cuando aparecían episodios de rencor entre ITS/UNIX (la mayor parte de las veces alentado por los seguidores de ITS). Pero la última máquina ITS se apagó en 1990, los fanáticos no tuvieron nunca más un lugar donde refugiarse y la mayor parte de ellos se introdujeron en la cultura UNIX con diferentes grados de protesta.

Dentro de los territorios hacker en la red, la gran rivalidad en los años 80 surgió entre los fans de las versiones Berkeley y AT&T de UNIX. Ocasionalmente, pueden encontrarse copias de pósters de ese período, mostrando una ilustración de un X-Wing de la ``Guerra de las Galaxias" escapando de la explosión de la ``Estrella de la Muerte'' representada por el logotipo de AT&T. A los hackers de Berkeley les gustaba verse como los rebeldes que luchaban contra el desalmado imperio corporativo. AT&T nunca pudo alcanzar al BSD/UNIX en el mercado, pero ganó en la guerra de los estándares. Allá por 1990 las versiones de AT&T y de BSD eran difíciles de separar, habiendo adoptado cada una de ellas muchas de las innovaciones de la otra.

A principios de los años 90, la tecnología de las estaciones de trabajo de la década anterior se estaban empezando a ver claramente amenazada por los nuevos ordenadores personales de bajo coste y alto rendimiento basados en el chip Intel 386 y sus descendientes. Por primera vez, los hackers individuales podían permitirse tener en casa máquinas con capacidad de procesamiento y almacenamiento similares a las minicomputadoras de diez años atrás - Los engines UNIX eran capaces de soportar un entorno de desarrollo completo y hablar por Internet.

El mundo MS-DOS permaneció afortunadamente al margen de todo esto. Aunque aquellos primeros entusiastas de las minicomputadoras rápidamente se expandieron a una población de hackers de DOS y Mac órdenes de magnitud mayores que aquella cultura de la ''network nation", nunca llegaron a convertirse en una cultura consciente de sí misma. La rapidez del cambio fue tal que cincuenta culturas técnicas diferentes crecieron y murieron tan rápido como las moscas, nunca alcanzando la suficiente estabilidad como para desarrollar una jerga, folklore y tradición común. La ausencia de una red tan popular como UUCP o Internet los limitó a la hora de convertirse en una nación en la red por si misma.

El acceso indiscrimi a los servicios on-line comerciales como Compuserve y Genie empezó a tener aceptación, pero el hecho de que los sistemas operativos No-UNIX no incorporaban herramientas de desarrollo provocó que muy poco código fuente pasara a través de ellas. Por lo tanto, no se desarrolló una cultura de hacking colaborativo.

La principal corriente de los hackers, (des)organizada a través de Internet y ahora extensamente identificada con la cultura UNIX, no se preocupó de los servicios comerciales. Ellos quería mejores herramientas, más Internet y PC's de 32 bits baratos puestos a su alcance.

Pero, ¿dónde estaba el software? Los UNIX comerciales permanecían caros, en el rango de los miles de pavos (dólares). En los primeros años 90 varias compañías empezaron a vender ports de las versiones de UNIX de AT&T y BSD para los ordenadores PC. El éxito fue esquivo, los precios no bajaron mucho, y (lo peor de todo) no tenías fuentes modificables y redistribuibles con tu sistema operativo. El modelo de negocio de software tradicional no permitía a los hackers lo que querían.

Tampoco lo fue la Free Software Foundation (FSF). El desarrollo de HURD, la larga promesa de RMS (Richard Stallman) de un kernel UNIX libre para los hackers, se estancó durante años y fracasó en la creación de cualquier cosa parecida a un kernel utilizable hasta 1996 (aunque en 1990 la FSF sustituyó casi todas las otras partes complicadas de un sistema operativo de tipo UNIX).

Lo peor, por los años 90 empezaba a quedar claro que diez años de esfuerzo para comercializar los UNIX propietarios estaban acabando en fracaso. La promesa UNIX de portabilidad entre plataformas se perdió entre la pelea de media docena de versiones de UNIX propietarios. Los UNIX propietarios en liza mostraron ser demasiado lentos en sus movimientos, demasiado ciegos, y demasiado ineptos para el marketing ya que Microsoft fue capaz de hacerse con una gran parte de su mercado con la chocantemente inferior tecnología de su sistema operativo Windows.

A principios de 1993, un observador hostil podría haber llegado a pensar que la historia de UNIX había terminado, y con ella el destino de la tribu hacker. Y no había escasez de observadores hostiles en la prensa informática especializada, muchos de los cuales habían predecido ritualmente la inminente muerte de UNIX en intervalos de 6 meses desde finales de los años 70.

En aquellos días en los que la creencia habitual era que la era del tecno-heroísmo individual había acabado, en los que la industria del software y la naciente Internet estaban empezando a ser dominadas por un coloso como Microsoft. La primera generación de hackers de UNIX parecía estar haciéndose vieja y estaba cansada (el grupo de investigación de ciencias de la de Berkeley se quedó sin fuerza y perdería su financiación en 1994). Eran tiempos deprimentes.

Afortunadamente, habían sucedido cosas fuera del alcance de la prensa especializada, y fuera del alcance incluso de la mayor parte de los hackers, que producirían desarrollos inicialmente productivos a finales de 1993 y 1994. Eventualmente, esto llevaría a la cultura hacia una completamente nueva dirección y a un conjunto de sucesos nunca imaginables.


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Autor: Eric S. Raymond
Traducción al español: Alberto Pintado Sánchez (apintado@lycos.es)