SCHMELING, MANFRED. TEORÍA Y PRAXIS DE LA LITERATURA COMPARADA. Editorial Alfa, España, 1984. 

MANFRED SCHMELING. LA LITERATURA GENERAL Y COMPARADA. ASPECTOS DE UNA METODOLOGÍA COMPARATISTA

Los centros de interés de los comparatistas: material,  concepto de literatura, metodología, meta de  la investigación.

 

MATERIAL:

Betz (1902)

- Literaturas nacionales como grupos locales de la “literatura universal”

- Literatura popular comparada (materias de cuentos, etc.)

- Antigüedad y modernidad

- Investigación de fuentes y de materias.

- Influencias recíprocas entre las literaturas modernas (referencias causales, poética comparada, traducciones, etc.)

- Exposiciones sintéticas (períodos literarios)


Van Tieghem (1931—1946)

Diferencia entre “littérature comparée” (más anlítica) y “littérature générale” (más sintética).

Littérature comparée (comparación binaria entre las literaturas :

- Dimensión de la transmisión interliteraria (“influencia” y “fortuna” de un autor, de una literatura, etc)

- Género, estilo.

- Temas, tipos, leyendas (tematología)

- Literatura e historia de las ideas

- Investigación de fuentes

 

Wellek (1958—73)

La literatura, amplia exclusión de otros ámbitos del saber, comparación también dentro de una literatura nacional.

 

Remak (1961-73)

Varias literaturas nacionales

Relación entre literatura y otros ámbitos del saber, por ejemplo, artes plásticas, sociología, religión, etc.

Estudios de la “literatura universal como campo propio junto a la comparatística.

Pichois/Rousseau (1967-71)

Literatura en dependencia de relaciones interculturales, interliterarias, interdisciplinarias

-Historia general de la literatura: tópica, géneros, períodos, etc.; historia de las ideas; filosofía, política, artes plásticas, etc.)

- Estructuralismo literario; tematología, figuras literarias, traducciones, etc.

Rüdiger (1971)

- Varias literaturas nacionales, literatura ficticia y no ficticia

- Grandes y pequeños elementos literarios: topos, metáforas, géneros, relaciones histórico-sociales, “historia comparada de la literatura”

Durisin (1971-1976)

- Relaciones interliterarias e intraliterarias en su penetración recíproca.

- Discusión con las relaciones histórico-genéricas (condicionadas por contactos) y tipologías de las literaturas.

Kaiser (1980)

“Literatura universal como totalidad” con segmentaciones limitativas (por ejemplo, literatura europea, románica, nacional, etc.)

 

CONCEPTO DE LITERATURA

Betz (1902)

- Valorización general: lo típico (espiritual, histórico, estético, etc.)

- Lo esencial, lo valioso, lo esclarecedor

- Comprensión cosmopolita de la literatura.

Van Tieghem (1931—1946)

Tres “etapas” de la valoración literaria:

- Gozo del arte (condición del “minimum d’art”)

- Crítica literaria (“dogmatique”, “philosophique”, “impressioniste”, etc)

- Valoración histórica (la obra en el espacio y en el tiempo)

Wellek (1958—73)

La pregunta estética central por la esencia del arte.

Pichois/Rousseau (1967-71)

Autonomía de la literatura como forma de expresión, pero relación con el contexto histórico.

Rüdiger (1971)

- Literatura regional e históricamente “una e indivisible”

- Criterios de valoración: adecuación, logro estético, efecto histórico.

Remak (1961-73)

Literatura como totalidad universal.


Durisin (1971-1976)

Literatura en el proceso histórico:

“histórico” como categoría amplia “histórico-social”, “sociológico”, “estético-poetológico”.

Kaiser (1980)

Concepto funcional, en vez de concepto “auditivo” de literatura:

Inclusión de nuevos medios y “baja” literatura con consideración de su valor histórico (social, sociológico, estético, etc.)

 

METODOLOGÍA

Betz (1902)

- Apoyo en las “ciencias empíricas”; comparación sobre el “terreno seguro de los hechos”, de la historiografía literaria.

- Rechazo de métodos deductivos, renuncia a la “especulación estética” y a la construcción de “principios con fuerza de ley”.

Van Tieghem (1931—1946)

- Comparación como método de la historiografía literaria:

- Complemento de la historiografía literaria comparada por la ciencia general de la literatura

- Consideración de relaciones analógicas no-causales.

Wellek (1958—73)

Consideración “total” de la literatura más allá de influencias y condicionamientos causales, tendencia a la ciencia literaria  por excelencia (influencia del “New Criticism”)

Pichois/Rousseau (1967-71)

Comparación como procedimiento heurístico para la investigación de leyes literarias generales.

Rüdiger (1971)

Vinculación del método “filológico-analítico” y del método sintético.

Remak (1961-73)

- Ciencia literaria integrativa (nacional, comparativa y ciencia general de la literatura)

- Comparación de la diferenciación y sintetización (estética y/o nacional)


Durisin (1971-1976)

- Dialéctica de la literatura histórico-universal (literatura universal) y literatura nacional.

- Perspectiva sobre fundamento marxista-leninista.

Kaiser (1980)

- Comparación sobre la base de una estética fundamentada social-históricamente

- Concepción de la procesualidad condicionada técnico-económicamente de toda literatura.

 

META DE INVESTIGACIÓN

Betz (1902)

- Consideración de la literatura como “panorama libre de prevención nacional”

- Comparación como correctivo de la valoración de fenómenos literarios individuales.

Ímpetu idealista: “paz mundial”, “intermediación entre los pueblos”, etc.

Van Tieghem (1931—1946)

- Interés práctico: meta de una historia literaria internacional sobre la base de un plan de “tres gradas” (“historias literarias nacionales”, “literatura comparada”, “literatura general y sintética”)

- Interés humanístico e histórico de la “literatura general”.

Wellek (1958—73)

Análisis de la obra de arte literaria como una “estructura estratificada de signos y significaciones”.

Pichois/Roussau (1967-71)

Objetivación de la comprensión mediante la consideración de fenómenos internacionales, conocimiento de las funciones fundamentales de lo literario.

Rüdiger (1971)

Comprensión más adecuada de “la obra de arte literaria”, investigación de las relaciones recíprocas interliterarias.

Remak (1961-73)

Elaboración de síntesis interliterarias, aspiración de la parcialidad nacional, comparación analogizante  y contrastante como medio de la crítica y de la valoración.


Durisin (1971-1976)

Consideración objetiva y multifacética de los fenómenos de las literaturas nacionales.


Kaiser (1980)

- Superación de la comprensión burguesa culta de la literatura y de su canon.

- Mayor integración de ciencia literaria general y comparada, necesaria porque cuestiones de teoría poética y de los géneros no se pueden solucionar adecuadamente sobre la base de una única literatura nacional.

La concepción de Wellek se encuentra claramente bajo la influencia del New Criticism norteamericano. Su concepto ontológico de literatura –“la literatura” como manifestación del ser humano claramente diferenciable de otras formas de existencia- se orienta menos por la cuestión acerca de las relaciones recíprocas interliterarias que por los problemas estructurales de lo literario en sí. (10)

Evidentemente la ciencia literaria comparativa es especialmente vulnerable cuando pretende extender sus tareas a otros ámbitos del saber

Un campo de trabajo relativamente nuevo de la ciencia literaria comparativa: la literatura como medio de juicios y prejuicios sobre la nación extranjera. (11)

La respuesta a la pregunta triple, qué, cómo, por qué ha de compararse, debe en realidad preceder a toda actividad comparatística, o sea, con la realización práctica de la comparación crítica debe darse siempre plausibilidad a su base instrumental y axiológica.. Una comparatística no reduccionista, consciente del método, científica e constitucionalmente capaz de cooperación, no puede refugiarse en una definición más o menos abierta y global de la materia, sino que siempre debe elaborar modelos científicos, de los que surjan sus tareas y formas de función.

Los tres componentes esenciales de una metodología comparatística:

- El contexto histórico-científico

- Los tipos de comparación (los tipos de relación entre los miembros de la comparación)

- La comparación orientada metodológicamente.

 

CONTEXTO HISTÓRICO-CIENTÍFICO

No existe metodológicamente ninguna diferencia entre la ciencia literaria comparativa y una disciplina como la investigación comparada de la conducta que pretende demostrar que “los paralelos y semejanzas” entre el comportamiento humano y animal no se basan en analogías causales sino en “la igualdad genérica de los procesos fundamentales que los soportan” (14)

El intento de la comparatística de aclarar la relación entre un fenómeno específico literario y un desarrollo general o una ley (…) corresponde  a un proceso dialéctico que, en cuanto tal, refleja una determinada tradición histórico-científica. (14)

Dilthey reconoció también para la ciencia literaria, que tan sólo la consideración comparativa adjudica a lo singular, por ejemplo a una “técnica poética” su lugar en la totalidad de las “verdades generales…sobre la poesía”(15)

 

CUVIER Y SU ANATOMÍA COMPARADA (1817)

¿Cómo ha de distinguirse la ciencia literaria comparativa de la general?. Con la tesis de que (siguiendo a Van Tieghem) la comparatística (littérature comparée) tiene que dedicarse solamente a las relaciones entre dos literaturas nacionales autónomas, se transpone el método ideográfico al nivel de la formación comparatista de la teoría y con ello se fija de manera restrictiva la comprensión de la disciplina.

La ciencia general de la literatura considera todo lo que se rige por leyes y es constante en el objeto de la investigación como algo en cierto modo “evidente”. Considera de antemano el aspecto invariante como rector, en tanto que la ciencia comparada de la literatura, una vez que existe un fundamento de la comparación, vive precisamente de los desplazamientos y divergencias dentro de los procesos supranacionales. Con otras palabras: lo invariable es consciente para ella más bien como problema. (18)

El efecto analítico-crítico de la actividad comparatista se muestra tan sólo en el recurso simultáneo a la cualidad de diferencia, a la distancia experimentable, perceptible en lo estético, en lo social, en lo ideológico y cosmovisionario, en lo lingüístico; a la distancia pues entre las literaturas o entre la literatura y las otras artes.

 

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MARKIEWICZ HENRYK,  EAGLETON TERRY, MEDVEDEV, PAVEL, BAJTÍN Y OTROS. TEXTOS Y CONTEXTOS. Editorial Arte y literatura. Ciudad de la Habana, 1989.

MARKIEWICZ HENRYK (Polaco). ESFERA Y DIVISIÓN DE LOS ESTUDIOS LITERARIOS COMPARATIVOS.

El término littérature comparée sólo hace su aparición en los inicios del siglo XIX, seguramente bajo la influencia de la Anatomie comparée de Cuvier (1800-1805)

En Polonia el término correspondiente aparece en fecha asombrosamente temprana (1821).

Los significados de todos estos términos eran variables; su denominador común era el solo hecho de que designaban investigaciones que abarcaban por su radio de acción fenómenos pertenecientes por lo menos a dos literaturas distintas. En Francia, el nombre littérature comparée se aplicaba inicialmente a las síntesis históricas que versaban sobre unas cuantas literaturas diferentes en forma conjunta, o sobre la literatura francesa situada sobre un fondo internacional; más tarde, el significado cambió decididamente: el único objeto de la littérature comparée debían ser las relaciones reales (esto es, basadas en contactos) entre fenómenos que formaran parte de dos literaturas. A pesar de la denominación, la pura comparación morfológica, el descubrimiento de semejanzas no condicionados por la influencia y la recepción, así como la creación de generalizaciones sobre esta base, durante largo tiempo fueron empujados fuera del radio de acción de la littérature comparée. (397)

En cambio, H.M. Posnett entendía por comparative literatura la ciencia nomotética que establecía regularidades generales del desarrollo de la literatura. Más tarde, en los países de lengua inglesa se adoptó una aplicación amplia, elástica, de este término: el estudio de la literatura más allá de los confines de un determinado país, y el estudio de las relaciones entre literatura y otras áreas del conocimiento y las creencias. (397)

P. Van Tieghem  distinguió las siguientes esferas de investigación:

a) la literatura nacional (por ejemplo, la posición de La Nueva Eloísa en la novela francesa).

b) la literatura internacional: 1. la literatura comparada, que investiga las relaciones binarias entre un emisor y un receptor (a veces con la participación de un intermediario) en dos diferentes literaturas. 2. la literatura general, que examina los hechos comunes a muchas literaturas, atendiendo tnto a las dependencias como a las coincidencias.

Tanto en la esfera de la literatura comparada, como en la de la literatura general, Van Tieghem distinguió los siguientes complejos de problemas:

1-     los géneros y estilos (genología)

2-     los temas, tipos y leyendas (tematología)

3-     las ideas y sentimientos

4-     el éxito y la influencia (doxología): las fuentes (cronología) y

5-     los intermediarios de la literatura (mesología)

Con esta tradición francesa rompe decididamente el más reciente manual escrito por Claude Pichois y André M. Rousseau. La literatura comparativa asume en eél un significado amplio: es “descripción analítica, comparación metódica y diferencial, interpretación sintética de los fenómenos literarios interlingüísticos o interculturales”.. En el territorio trazado con tanta amplitud  estos autores distinguen los siguiente dominios:

  1. el intercambio literario internacional (esto es, las diferentes formas de contactos literarios y sus participantes)
  2. la historia general de la literatura: a) la literatura general, esto es, la explicación de los fenómenos literarios internacionales mediante la apelación a una tradición literaria común o a factores extraliterarios. B) la literatura mundial; c)la filosofía de la literatura, esto es, la teoría de la literatura tal como la entendemos nosotros.
  3. la historia de las ideas filosóficas, morales, religiosas y políticas, las corrientes de la sensibilidad, y el arte.
  4. el estructuralismo literario, esto es, el análisis comparativo de obras semejantes desde el punto de vista de la estructura o de la función, pero no conectadas por vínculos causales directos: a) la tematología; b)la morfología literaria; c) la estética de la traducción. (400)

      En vez de hablar de “literatura comparativa”, es mejor hablar de “estudios literarios comparativos”.

En la ciencia literaria de la URSS y los países de democracia popular se ha propagado la división de los vínculos literarios en vínculos contactuales y vínculos topológicos, éstos últimos llamados también analogías histórico-tipológicas. Los vínculos contactuales se producen cuando una literatura influye sobre otra o cuando ambas se influyen mutuamente; los vínculos histórico-tipológicos son resultados de analogías en las condiciones sociales y culturales del desarrollo de literaturas que no se hallan en contacto entre sí. (…) Durisin basó en esta división la sistemática de las investigaciones comparatísticas. (402)

(…) Los objetos de las investigaciones literarias comparativas son las obras literarias (junto a los textos crítico-literarios e histórico-literarios) que forman parte de literaturas de diferentes lenguas o de una misma lengua pero de diferentes naciones. Hablando con mayor precisión. Pueden ser:

1. obras literarias individuales, fragmentos componentes o propiedades aislados de éstas.

2. ciertos conjuntos de obras literarias (toda la obra de un escritor, un género literario, una tendencia o corriente literaria, una literatura nacional o una agrupación más amplia de literatura), o fragmentos, componentes o propiedades aislados de esos conjuntos. (406)

(…) El contenido de las investigaciones comparativas está constituido por la relaciones entre los objetos  aquí mencionados que pertenecen a literaturas de diferentes lenguas o de una misma lengua pero de diferentes naciones. Estas relaciones pueden ser examinadas en unos cuantos aspectos diferentes; a saber, como:

1.           contactos interliterarios (las publicaciones, las traducciones, las informaciones, la lectura)

2.           paralelismos interliterarios, esto es, las semejanzas y diferencias aprehendidas descriptivamente en objetos que forman parte de diferentes literaturas.

3.           filiaciones, esto es, los paralelismos condicionados por contactos literarios: a) traducciones, b)dependencias (palgios, tomas de préstamos –de ideas, temáticos, composicionales, estilísticos, textuales-, transformaciones, inversiones, reminiscencias inconscientes, impulsos creadores); c) referencias (limitaciones, estilizaciones, alusiones, travestissements, continuaciones, polémicas, parodias, pastiches); interpretaciones (reseñas, análisis, etc)

4.           homologías interliterarias, esto es, los paralelismos condicionados por los contactos con un prototipo literario común.

5.           analogías interliterarias, esto es, los paralelismos condicionados no por contactos, sino por otros factores (por ejemplo, la semejanza del material temático extraído de la realidad extraliteraria, la situación sociocultural parecida, etc) (406-7)

En los estudios literarios comparativos también se incluyen a veces los siguientes terrenos de investigación:

1. los contactos literarios personales internacionales

2. la temática extranjera en las obras de una determinada literatura nacional

3. los vínculos internacionales de la literatura con otros dominios de la cultura (con la filosofía, las doctrinas sociales,  el arte. La idea de que estas esferas de problemas pertenecen a la comparatística literaria es discutible en la medida en que uno de sus miembros (en el caso de los contactos personales, incluso ambos miembros) está ligado a objetos investigativos que se hallan fuera del plano de la literatura.

Las anteriores reflexiones permiten extraer conclusiones respecto a los objetivos de las investigaciones comparativas:

1. éstas suministran conocimiento factográfico sobre la historia de la cultura literaria en el plano internacional

2. explican en parte la génesis de las obras particulares y el proceso de las transformaciones histórico-literarias

3. permiten percibir los rasgos específicos de las obras literarias, o de conjuntos de éstas, y determinar el grado de su originalidad, o de su carácter derivado, el alcance y la fuerza de su influencia, y con ello facilitan su valoración de principio

4. poniendo de manifiesto y comentando las referencias conscientes, posibilitan la debida interpretación del sentido de las obras literarias analizadas

5. permiten acabar de construir sobre la base del material empírico el aparato conceptual y las tesis de la teoría de la literatura

6. preparan la síntesis histórica de las literaturas de diferentes lenguas y diferentes naciones. (410)

                                             
                                                                    
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DURISIN DIONYZ (Checo). BOSQUEJO DE LOS PUNTOS DE PARTIDA FUNDAMENTALES DEL ESTUDIO COMPARATIVO DE LA LITERATURA.

Claude Pichois y André M. Rousseau: La literatura comparada es el arte metódico de acercar –mediante la búsqueda de lazos de analogía, parentesco e influencia- la literatura a otros dominios de la expresión o del conocimiento, o bien los hechos y textos literarios entre sí, distantes o no en el tiempo o en el espacio, siempre que pertenezcan a varias lenguas o a varias culturas y éstas formen parte de una misma tradición, a fin de escribirlos, comprenderlos y gustarlos mejor. (424)

Para la metódica de la comparatística literaria, es importante delimitar no sólo el objeto, sino también el objetivo del estudio; entre otras cosas, porque están conectados entre sí directamente. La interpretación histórica de las relaciones entre las literaturas nacionales contribuye a la reconstrucción de las formas y modos de convivencia interliteraria. Pero concebirla como objetivo último de la investigación hace imposible alcanzar el auténtico objetivo de la comparatística literaria, el cual vemos en el conocimiento de la esencia genética y tipológica del fenómeno literario. Es importante, además, el hecho de que este conocimiento debe tener en cuenta, por una parte, el contexto de la literatura nacional y, por otra, el contexto de carácter llamado supranacional, que está orientado, en resumidas cuentas, hacia la historia de la literatura mundial. (425)

(…) El proceder comparatístico esta presente, de manera obligatoria, tanto en el estudio histórico-literario como en el estudio teórico del fenómeno literario.

(…) De entre los conceptos de literatura mundial existentes, al proceder comparativo le corresponde el de conjunto de fenómenos literarios que están mutuamente condicionados, tanto por su esencia como por su génesis. Se trata, pues, de una categoría histórica, dependiente del grado de conocimiento de las relaciones y conexiones interliterarias, y sujeta a ciertos cambios en distintos períodos de la historia. Gracias a esto, el estudio comparativo tiene la posibilidad de ampliar y enriquecer con sus resultados la idea existente de la literatura mundial.(…) Las literaturas nacionales no se manifiestan, pues, en su peculiaridad de desarrollo, sino que son objeto de investigación sólo en la medida en que expresen una relación directa (en la forma de influencia o de recepción) con fenómenos análogos en otras literaturas nacionales. (427)

(…) El auténtico objetivo de la comparatística literaria –conocer las regularidades de la génesis y la esencia tipológica del fenómeno literario sobre el fondo del proceso de la literatura nacional y mundial-, plantea, desde el punto de vista metódico, la necesidad de dividir de la manera más detallada el objeto de estudio, o sea, tanto las relaciones Inter.- e intraliterarias como el proceso interliterario de desarrollo. (428)

El dominio tipológico establece, con una ulterior diferenciación, el problema del condicionamiento social y psicológico de las distintas analogías o diferencias literarias. No obstante, uno de los auténticos objetos del estudio comparativo literario sigue siendo el condicionamiento tipológico de los fenómenos literarios en el terreno de los distintos elementos de la obra literaria, de los géneros y formas genéricas literarios, así como  de los estilos y orientaciones literarios, etc. (429)


TIPOS  Y MÉTODOS DE LA COMPARACIÓN

Cinco tipos de comparación:

1. La comparación monocausal, que se basa en una relación directa genética entre dos o más miembros de la comparación. Ejemplo: La relación de Heinrich Heine con Lord Byron.

2. Existe primeramente una relación causal entre dos o varias obras de nacionalidad diferente. Pero a eso se agrega una dimensión extraliteraria, el proceso histórico en el que se insertan los miembros de la comparación. Para este segundo tipo de comparación es metodológicamente competente, y en especial medida, la investigación de la recepción.(…) porque coloca en el centro de su interés las estaciones de la elaboración del texto, determinables histórica, social, histórico-espiritual y sicológicamente, y la perspectiva del sujeto de la instancia receptora.

3. Se basa en  analogía de contextos. El tertium comparationis no lo proveen primariamente contextos intra-literarios (por ejemplo de la historia de los motivos) o relaciones recíprocas interliterarias, fundadas en contactos, sino el transfondo extraliterario común a los diversos miembros de la comparación. Naturalmente predominan ahí intereses políticos, sociológicos, histórico-culturales o también generales de visión del mundo.(23)

4. Se diferencia de los otros, ante todo, por el punto de vista ahistórico. En él domina un interés estructuralista, en sentido amplio, por el producto literario. La comparatística se pone aquí al servicio de una metodología fenomenológica general. Aquí se encuentran entre otros, métodos estético-formales, estructuralistas, lingüísticos, semióticos y sicológicos. Parece irrefutable el que también estos procedimientos poseen su valor para la ciencia comparada de la literatura (que no es exclusivamente historia comparada de la literatura). La legitimación cuasi-genética o histórica de la base de comparación no tiene necesariamente que abandonarse por eso. (26)

5. La crítica literaria comparada. La comparación como procedimiento heurístico tiende, en este caso, a la confrontación de diversas actitudes críticas, a los diferentes “métodos” en sentido estrecho. No está dirigido directamente a los objetos literarios mismos, sino que los capta mediatamente, es decir, en el nivel de la descripción, de la interpretación y de la valoración.

Strelka (1970, de la misma línea de Wellek): “la crítica literaria comparada se interpola con la historia comparada de la literatura en cuanto que, como toda crítica y teoría, sirve a su vez y, en última instancia, para comprender, aclarar y valorar las obras de arte del lenguaje”.(27)

Se exigiría demasiado a la crítica literaria comparada si se le quisiera adjudicar una función de árbitro espiritual, por ejemplo, entre una consideración histórico-materialista de la literatura y una consideración ontológica de la misma. Su tarea práctica se encuentra más bien en conocer y valorar el punto de vista particular como tal, en enfrentarse crítica y objetivamente a todos los métodos y en examinar la adecuación de los métodos críticos que atan al objeto literario a una respectiva y determinada axiología.(28)

 

PERIODIZACIÓN EN LA HISTORIOGRAFÍA LITERARIA

Los principios sincrónicos de estructuración de una teoría de las clases de textos o la tipología de los géneros se complementan por la consideración diacrónica y la delimitación de diversos períodos de una historia de la literatura. (39)

Wellek y Warren: “La historia de un período consiste en trazar el cambio de un sistema de normas a otro”(41)

 

INVESTIGACIÓN DE LAS INFLUENCIAS Y DE LA RECEPCIÓN

Una mirada a las bibliografías, sobre todo a las bibliografías especializadas de la ciencia comparada  de la literatura, puede hacer creer que la investigación de la influencia y del efecto no es solamente asunto preferido de la comparatística, sino que la comparatística es simplemente investigación de las influencias y de los efectos. (…) Junto a las investigaciones sobre la influencia de una obra singular o completa de un autor sobre otra literatura nacional, se encuentran estudios sobre  la influencia de un género literario, de una forma métrica, de una técnica literaria, de un estilo, de una escuela filosófica, de un acontecimiento importante de la historia o de la historia del pensamiento y otras cosas más.(69)

Para recuperar lo omitido (por el positivismo al tratar las influencias), la ciencia literaria colocó, en el centro de su interés inmanente en los años cincuenta, sólo la obra literaria de arte y sus estructuras. Puesto que, según su concepción, la obra de arte literaria, cuyo carácter artístico se muestra precisamente en su supratemporalidad y perduración de los condicionamientos genéticos, la historia de su influencia y de su efecto no contribuye en nada al esclarecimiento de la obra, los respectivos supuestos social e históricamente condicionados son irrelevantes para la comprensión de la obra.

(…) La fuerza irresistible de la interpretación inmanente, esto es, describir la “obra de arte del lenguaje” como configuración estética autónoma, se convirtió, con sus exageraciones, en debilidad, precisamente allí donde dejó de lado la condicionalidad histórica y social de una obra, cuando ella era precisamente evidente.

(…) La crisis de la historia de la literatura, hasta de la historiografía literaria, la constató definitivamente H-R. Jauss en su exitoso e influyente esbozo de una “historia literaria del lector” (1970): La crisis  de la historia de la literatura es la consecuencia culpable de una historia parcial y arrogante de los autores y las obras, que ha ignorado a su “tercer estado”, al lector, al oyente y espectador, de manera completamente injustificada.(71). Pero la lector corresponde una función histórica muy decisiva, pues: “…la literatura y el arte se convierten en proceso histórico concreto solamente por la experiencia intermediadora de los que reciben sus obras, de los que las gozan y las juzgan y, con ello, las aceptan o las rechazan, las seleccionan o las olvidan; de tal manera forman tradiciones que en no poca medida también pueden hacerse cargo del papel de responder a una tradición en cuanto ellos mismos pueden producir obras” (Jauss, 1975)

El horizonte de expectativas: abarca  los presupuestos bajo los cuales un lector recibe una obra. (72)

(…) Debe quedar en  claro: Las “influencias”, cualquiera que sea su tipo y su volumen, ya no se explican causal-genéticamente de obra a obra, de autor a autor, de nación a nación; más bien han de insertarse como “recepción productiva” en un proceso muy complejo de recepción, en el que participan tres “instancias”: autor, obra, público.(75)

 

TEMATOLOGÍA

Una definición clara (del tema), es decir, suficientemente ceñida, sólo pudo ofrecer la retórica forense clásica, en la que tema designa la tarea propuesta al orador por la materia o el objeto del proceso. La elaboración del tema ocurría en las fases estrechamente ligadas entre sí de la invención (inventio), ordenación (dispositio), y de la expresión verbal (elocutio). (101)(…) La poesía como heredera de la retórica había puesto a su servicio el arte de la invención, la división temáticamente ordenadora y el adorno verbal del discurso, los topos y las figuras.

En el siglo XVIII se registra la palabra tema junto a materia, fábula, motivo, figura, mito y también metáfora, alegoría, topos, parábola, símbolo, imagen, etc.

Los tematólogos coinciden en que en su campo de investigación han de tenerse en cuenta tanto categorías sustantivas como formales. Pese a las disonancias en la conceptualización políglota y en el desarrollo de nuevos métodos en el campo de las filologías nacionales, existe un innegable acuerdo fundamental sobre la influencia y efecto recíproco de las ideas, materias y motivos generales así como de las imágenes, topoi y estructuras específicas, al menos entre las obras de las lenguas clásicas y modernas europeas y sus literaturas. (103)

La tematología describe el campo metodológico de aquellas investigaciones comparatistas que investigan los aspectos temáticos que crean una tradición y los elementos formales de la literatura. (103)

 

FAUSTO Y LO FÁUSTICO:

A. DABEZIES: LE MYTHE  DE FAUST (1972)

ARMAND NIVELLE. ¿PARA QUÉ SIRVE LA LITERATURA COMPARADA?

Desde que hubo la posibilidad de una comparación, es decir, -en la tradición occidental- desde la literatura romana, el punto de vista comparativo  ha sido una parte constitutiva ineludible  de la reflexión sobre la literatura. (195)

La consolidación y difusión de la comparatística ha de considerarse  como una consecuencia insoslayable de un desarrollo histórico general.Con ello no se toma posición en modo alguno contra el  estudio de las diversas literaturas nacionales. Muy por el contrario. Sin los resultados de la investigación de las filologías nacionales, la comparatística no estaría en condiciones de trabajar.

(…) Ciertos aspectos de la investigación literaria presuponen una familiaridad tan íntima con el objeto tratado, que solamente el especialista de una literatura nacional o de un período de esa literatura puede conocerla y exponerla con la competencia requerida. (196)

(…) El mejor comparativista estaría rarísima vez en condiciones de realizar semejante trabajo en varias literaturas. Por este y por otros motivos más, necesita indispensablemente el apoyo de las filologías nacionales.

(…) Tan sólo cuando las filologías nacionales hayan desarrollado la conciencia de que el contexto internacional de un fenómeno literario es tan relevante como el histórico-nacional, cesarán las disputas actuales sobre la legitimación y las líneas de demarcación.. (197)

Sobre el método de la literatura comparada

La comparación juega un papel dominante como procedimiento típico de trabajo de la comparatística, sea que se trate de comprobar dependencias, convergencias, paralelos o de destacar desviaciones, divergencias y diferencias.

(…) La comparación es un procedimiento de trabajo de la comparatística, y hasta un procedimiento privilegiado, pero justamente sólo un procedimiento entre otros. Es un medio para un fin y no una característica definitoria. La comparatística compara no por la comparación misma, sino porque la comparación le posibilita una exploración adecuada de su extenso campo de trabajo. La selección de los fenómenos que han de compararse es tan importante como la comparación misma, y esta selección ha de  orientarse según el planteamiento respectivo. (200)

Lo que la comparatística desea proponerse como meta es precisamente la realización de marcos de relación con sentido para cada fenómeno literario.

El concepto de literatura

Sólo  parece ser seguro que la literatura refleja los esfuerzos del hombre por dar una expresión verbal a sus situaciones históricas e individuales. Pero no toda expresión verbal es literatura. Debe agregarse una dimensión indeterminada, difícilmente definible pero irrenunciable, que garantiza la pertenencia de esa expresión al ámbito del arte. (202)

- Cada literatura nacional está en un contexto supranacional, que hay que tener en cuenta y sin el cual mucho resulta equívoco.

- La literatura misma está situada en un más amplio contexto cultural, cuyos componentes se encuentran en permanente relación recíproca con ella; éste contexto abarca las obras de arte, pero también todo el ámbito  circundante en todos los niveles.

La conciencia del contexto supranacional y de la relación de la literatura con el ámbito circundante histórico y espiritual determina los planteamientos de la comparatística y el interés de su conocimiento. Tal conciencia condiciona, en general, su función razonable en la ciencia de la literatura. (204)

En toda literatura nacional, el extranjero  ha jugado siempre un papel decisivo.

Un tal entrelazamiento  de las literaturas nacionales en el ámbito circundante fáctico en el que desde siglos viven los poetas y los críticos literarios. Toda historia de una literatura nacional se ve motivada a hacer referencia punto por punto a estas relaciones. La comparatística parte sistemáticamente de estos hechos e intenta insertar las literaturas nacionales en esta totalidad con la esperanza de poner  de relieve las comunidades, pero también las diferencias específicas. Tal situación histórica fundamental legitima no sólo la comparación y la consideración sintética, sino que convierte la comparación y la síntesis en presupuestos incondicionales de un adecuado conocimiento del fenómeno literatura. (205)

 

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WEISSTEIN ULRICH. INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA COMPARADA. Editorial Planeta S.A., Barcelona, España, 1975.

Sklovski emplea frecuente y sugerentemente la comparación como método, estableciendo una relación estructural entre la narración griega y la moderna… (13)

Precisar el ámbito y el método de la literatura comparada me parece una empresa ardua, difícil y siempre susceptible de controversias: El campo de la literatura comparada no se cierra con la preferencia por la indagación de temas comunes practicada por una parte de la escuela comparatista alemana, ni se cierra con la persecución de fuentes literarias que predicó una parcela de la escuela francesa. Y, claro está, tampoco se cierra en la propugnación de Étiemble en littérature comparée, ou comparison n’est pas raison, donde se intenta el estudio de las obras literarias análogas sin relacionar contactos o derivaciones, sino tan sólo estudiando una unidad de fondo de la literatura  que, en cierto modo, vendría a emparentarse con la conocida defensa de la poligenesia de los temas literario difundida por Bédlier en Les Fabliaux. (17)

El vínculo establecido por Galilei las experienze sensate y las dimostrazioni necessarie, esto es: entre la experiencia alcanzada por los sentidos (nuestra sensibilidad crítica) y la demostración lógico-matemática (nuestra búsqueda o demostración investigadora) es algo que se conjuga en todo proceso comparatista auténtico. Si no se tiene sensibilidad para intuir por qué este verso o esta obra está presente, transformando o asimilando, en este otro autor u obra, el proceso comparatista se ha quedado sólo en una parte: la erudición que en ocasiones únicamente señala un dato frío o inexpresivo. Pero si nuestra sensibilidad crítica tan sólo insinúa, porque no se apoya en la investigación o comprobación científica, es obvio que el proceso comparatista tampoco se cumple enteramente y se presta a errores. Con la conjugación de ambos principios en la crítica comparatista, que por otro lado utiliza toda ciencia literaria se puede sentar entonces con Leonardo, sustituyendo fantasía por crítica, que la crítica comparatista no es subjetiva y arbitraria, sino crítica exacta que realiza una segunda creación en su contacto interpretativo y descubridor con la obra literaria o la épica cultural a la que se fija. (19)

Insinuando este concepto de una literatura comparada, se comprenderá por qué señalaba líneas atrás que la literatura comparada no se cerraba en el estudio de una comunidad temática o en la investigación más o menos relacionada de fuentes. Tan propio de la literatura comparada es la búsqueda de afinidades como el estudio de aquellos contrates que, comparativamente, sirven  esclarecedoramente para caracterizar una literatura o un autor. Este proceso individualizador de los contrastes está ya señalado, por ejemplo, en el texto de F.C. Green, Minuet (Londres, 1935) donde se comparan aspectos de las literaturas francesa e inglesa del siglo XVIII, y donde junto a paralelismos y afinidades se destacan divergencias caracterizadoras para una y otra literatura. En cierto modo, esta caracterización coincide con  David H. Malone, a quien Cioranescu recuerda porque “asigna a la literatura comparada la misión de ilustrar y explicar la obra literaria individual”. (20)

El alfa y la omega de toda introducción a la literatura comparada lo constituye, sin duda alguna, la búsqueda de una definición acertada: En nuestra opinión, lo más adecuado  es intentar un cambio intermedio entre la estrecha ortodoxia de la escuela de París (Paul Van Tighem, Jean-Marie Carré, Marius-Francois Guyard, Claude Pichois y André M. Rousseau), por citar solamente algunos de sus representantes más característicos, aunque en las cuestiones de metodología no compartan todos una misma opinión) y la libertad de determinados exponentes de la dirección “americana” (en la que nosotros también incluimos al francés René Étiemble por cuestiones de simplificación. (26)

…La teoría de Carré según la cual la literatura comparada no es más que una rama de la historia de la literatura.

Fernand Baldensperger, el padre de la literatura comparada francesa de nuestro siglo.

Van Tieghem, el cual cayó en el otro extremo, llegando a excluir del ámbito de la literatura (comparada) todo lo popular, incluso aquello que entra totalmente  dentro de la literatura propiamente dicha –como ocurre en el caso de los cuentos populares y de las leyendas-, a causa del anonimato de sus productos. (29)

Nuestras simpatías están con el entusiasmo de Remak, pero tampoco queremos abandonar el firme suelo de la sécurité sin antes tomar las medidas necesarias que nos impidan resbalar por la pendiente de la especulación literaria. (33)

La literatura comparada es mucho más amplia que la simple historia de la literatura, pues en ella se estudia, además de esta última disciplina, crítica y teoría literaria, e incluso también poética, mientras excluye el elemento estético como tema especial perteneciente a la filosofía y en el que la literatura no sólo se emplea para ilustrar concepciones apriorísticas.(Wellek y Warren)  (35) Según esta teoría, el sector “literatura comparada” debiera dividirse en “historia de la literatura comparada”, “crítica literaria comparada”, y “poética o teoría literaria comparada”, lo que desde el punto de vista de nuestra definición equivaldría a considerar como válida  la comparación no sólo de Hauptmann y Tolstói, sino tambien la de Schleger y Coleridge, como críticos, y la de Aristóteles y Corneille (como autor del Discours sur les tríos units). En la época actual sólo un pedante se atrevería a compartir la opinión de los teóricos de hace veinte años de que hay que evitar cualquier tipo de crítica para así no tener que emitir juicios literarios valorativos. (36)

Entre los temas pertenecientes a la littérature générale, Van Tieghem incluye también el estudio de las influencias de ámbito internacional, como el petrarquismo o el rousseauismo; el análisis de los problemas histórico-ideológicos; la investigación de los diversos movimientos literarios, como el naturalismo y el simbolismo, y las llamadas “formes comunes d’art ou de style” (es decir, géneros).  (43)

Tal como se desprende de las declaraciones de Goethe recopiladas por Fritz Strich, el genio de los poetas entendía bajo el término “literatura universal” un fenómeno condicionado por la historia y la evolución política y técnica del pasado inmediato, esto es, por “la época actual, sumamente movida” y por las “facilidades de comunicación”. (44)

La historia de la literatura universal debe entenderse como la historia de la literatura de todo el mundo, sin establecer al principio ninguna distinción entre las aportaciones de mayor o menor importancia. (49)

AL COMPARAR OBRAS LITERARIAS CON PRODUCTOS NO LITERARIOS SE ABREN TODAS LAS PUERTAS AL DILETANTISMO, POR LO QUE ENTONCES ES CONVENIENTE RECURRIR A LA HISTORIA DE LAS IDEOLOGÍAS COMO CIENCIA AUXILIAR. (55)

..La famosa disputa entre Anciens y Modernes (1687-1716)

Van Tieghem se da perfectamente  cuenta de que la teoría de Taine está en contradicción con el espíritu que después de la primera guerra mundial se consolidó en el comparativismo francés cuando afirma que el concepto de influencia literaria no se puede coordinar con el de raza, medio ambiente y momento (race, milieu,moment) (60)

A pesar del impulso experimentado por la literatura comparada en el segundo cuarto de siglo anterior, no se convirtió en disciplina académica hasta 1890, cuando en el arte y en la literatura ya había pasado la época realista y naturalista. Esta evolución es un tanto paradójica. En el año 1880, Émile Zola publicó Le roman expérimental, siguiendo el ejemplo de Claude Bernard en su Introduction á la médecine expérimentale (1865), al que en seguida siguieron varios tratados sobre el teatro naturalista. En el año 1884 hicieron los impresionistas su primera exposición. En 1886 escribió Jean Moréas su manifiesto simbolista para Le Figaro y al año siguiente cinco discípulos de Zola declararon públicamente su oposición al maestro. Hacia el año 1890, el naturalismo había dejado de influir en la mayoría de los países europeos. Hermann Bahr anunció, también públicamente, la superación del arte. El neorromanticismo y el impresionismo-simbolismo literario eliminaron rápidamente el breve verismo.

Por todos estos motivos resulta bastante anacrónico que fuera precisamente en esta década cuando se creara la escuela de literatura comparada, cuyo signo era más bien positivista y sociológico. (…) El año 1897 fue la verdadera fecha de nacimiento del comparativismo francés como institución académica, año en el que en la Universidad de Lyon se creó la cátedra de historia comparada de la literatura, a la que después, en el año 1910, siguió otra en la Sorbona. (63)

El viejo maestro Texte (primer profesor de la cátedra de historia comparada de la literatura) divide el comparativismo en los siguientes sectores:

  1. cuestiones teóricas y problemas de índole general.
  2. folklore comparado
  3. literatura general.

Texte estaba, por lo  tanto, muy lejos de desarrollar un sistema en el sentido de Van Tieghem o Guyard. (65)

René Étiemble, catedrático de la Sorbona, fue uno de los que se atrevió a lanzar un ataque de los más valientes contra los límites demasiado estrechos del comparativismo de la escuela de París. (74)

En la conferencia inaugural, pronunciada el año 1880 en Viena, Erich Schmidt dijo: “ la historia de la literatura debe ser una parte de la historia del desarrollo de la vida espiritual de un pueblo con referencias comparativas a otra literaturas nacionales”. (79)

Casi al mismo tiempo que Haupt, su colega de Munich, Moriz Carriere concibió una poética basada esencialmente en los principios de la estética y de la historia comparada de la literatura y escribió:

“Nuestra literatura nacional (la alemana)…ha entrado a formar parte del círculo de disciplinas universitarias, creándose incluso seminarios especiales. Me gustaría que también se tuvieran en cuenta los trabajos de los estudiantes de literatura comparada, ya que en ellos, además de la aplicación y la erudición, el juicio estético, juega un papel muy importante. El estudio  de  temas como Prometeo, Romeo y Julieta, Don Juan y Fausto en la concepción de los distintos pueblos, así como la comparación de las obras de Lope de Vega y Calderón con las de Goethe y Shakespeare me parece una magnífica tarea cuyos resultados aportarán una gran cantidad de elementos para la construcción de la nueva ciencia, que sólo podrá crecer y desarrollarse uniendo nuestras fuerzas”. (83)

Julius Peterson: “Los temas es lo único que la historia de la literatura y la literatura comparada tienen en común. El método empleado por ambas disciplinas es diferente, ya que la literatura comparada no persigue objetivos históricos. Lo que ésta pretende es penetrar en lo más profundo de los fenómenos análogos mediante la comparación de los mismos para descubrir las leyes que condicionan las semejanzas y las diferencias” (97)

HASTA 1904 NO SE FUNDÓ EN LA UNIVERSIDAD DE HARVARD UN VERDADERO DEPARTAMENTO DE LITERATURA COMPARADA.

EN 1962 SE PUBLICÓ LA PRIMERA RECOPILACIÓN DE ENSAYOS SOBRE LA LITERATURA COMPARADA ESCRITOS EN INGLÉS.

Según F.C. Roe, la literatura comparada empezó a estudiarse en Inglaterra de un modo sistemático a raíz de la ascensión al trono de la reina Victoria…Mathew Arnold fue quien, diez años más tarde, logró introducir el concepto de “comparative literatura”, préstamo de la expresión francesa littérature comparée. (121)

El que los investigadores  italianos no se hayan dedicado hasta ahora con demasiado entusiasmo al estudio de la literatura comparada hay que achacarlo a la influencia de Benedetto Croce, quien a principios de nuestro siglo negó al comparativismo el derecho a convertirse en una disciplina académica. (132)

Con el rechazo radical de la historia positivista de los temas y motivos, así como de todos los estudios de crítica o historia literaria, en los que se empleara el concepto de influencia, Croce no había agotado todavía todas las armas que podía esgrimir contra  el comparativismo como ciencia. Queda todavía por mencionar la valoración negativa de los géneros, juicio que ya aparece también en De Sanctis. De acuerdo con la teoría de Croce sobre la autonomía de la obra de arte, la inclusión de obras literarias en la estructura o armazón de un modelo literario ligado profundamente a la tradición no era nada más que una ayuda externa, por lo que no cabe la posibilidad de afirmar algo importante sobre el valor de un drama, una novela, una epopeya o una poesía. (141)

Ni en la Península ibérica ni en América Central y del Sur se considera todavía la literatura comparada asignatura académica. Desde el punto de vista histórico puede encontrarse una explicación a esta deficiencia en el hecho de que las disciplinas neofilológicas no obtuvieron el reconocimiento oficial de España hasta los años veinte del presente siglo. Hasta hace poco años el número de revistas de historia y crítica literaria era muy escaso, no sólo en España, sino también en Portugal. Recientemente la situación ha experimentado un cambio notable. (147)

Uno de los términos clave de toda investigación comparativa es el de influencia, ya que por su propia naturaleza presupone la existencia de dos productos: la obra de partida y la obra sobre la que influye. Desde el punto de vista metodológico existe una gran diferencia .hecho tan evidente que apenas merece ser acentuado- entre el estudio de las influencias dentro de una literatura nacional y aquel que traspasa las fronteras de un país, pues en este último caso el estudio suele abarcar obras escritas en varios idiomas. (156)

Anna Balafian, Haskell Block, Claudio Guillén y Joseph T. Shaw han escrito sobre el tema de las influencias.

Es conveniente mencionar que el comparatista no debe hacer distinción alguna entre el factor activo y pasivo y el factor influencia-relación. Asimismo, es necesario partir del hecho psicológico de que el emitter (emisor) no suele darse cuenta de que lo es, del mismo modo que el receiver  (receptor) tampoco suele percatarse de su dependencia.

Una de las excepciones  más importantes a esta regla es la de las escuelas o grupos, en las que normalmente existe una relación muy clara y consciente entre el maestro y los alumnos. En este caso no se trata verdaderamente de influencia, sino más bien de imitación. (159)

Para nuestro objetivo la definición más acertada de ambos conceptos sería considerar las “influencias” como imitación inconsciente… tal como ha hecho notar Shaw con gran acierto.

Es conveniente confeccionar una lista que, partiendo del fenómeno de la traducción, vaya  hasta la obra de arte original, pasando antes por la elaboración, la imitación y la influencia. Bajo el término originalidad no deben entenderse solamente las innovaciones formales o de contenido, sino también  aquellas concepciones o constelaciones nuevas que están basadas en otros modelos. (así lo aclaran Wellek y Warren) (160)

Hay una forma de imitación que no se basa en un modelo específico, sino en el estilo particular de un escritor o incluso de toda una época. Esta tendencia se conoce en literatura con el nombre de “estilización”. (162)

Cuando con la imitación se pretende difamar los modelos literarios, se habla de parodia, la cual suele conducir inevitablemente a deformaciones. Mientras que en la sátira y la caricatura el modelo lo constituye la propia vida, en la parodia se utiliza el arte. En una misma obra –e incluso en un mismo pasaje- pueden darse conjuntamente la parodia y la sátira. En la parodia sucede con frecuencia que la imitación consciente de los modelos literarios, deformados conscientemente, se convierte en originalidad artística. Por el contrario, la parodia inconsciente encierra en sí misma una contradicción, aunque el autor se siente tentado a incluir en este apartado algunos galimatías cursiladas y tópicos.

Como forma creadora de crítica, la parodia es un fenómeno de transición que va desde la influencia positiva a la “negativa”. Algunos autores, como Anna Balakian, entienden bajo este término la aparición de nuevas tendencias o nuevos esfuerzos como reacción frente a determinadas opiniones y gustos artísticos, o dicho de otro modo: se trata de una revolución artística. (163)

Los teóricos franceses de la literatura comparada no se han mostrado siempre dispuestos a establecer una diferenciación entre “influencia” y “efecto”, lo que viene a demostrar la necesidad de dichos límites. (164)

<>Ihab Hassan proclama la necesidad de diferenciar claramente entre afinidad e influencia. (168)

La relación entre influencia y fuente es muy clara. La fuente es el origen y la influencia la meta final. En el ámbito de la investigación literaria es conveniente separar ambos conceptos de la siguiente manera: el término “fuente” se empleará solamente para hacer referencia a los modelos temáticos, es decir, a los temas que posean un valor material, pero cuya naturaleza sea de índole preliteraria. (169)

(…) Ateniéndose a esta distinción resulta muy fácil evitar el conflicto que puede plantear el empleo común de la palabra “fuente”, según el cual dicho término se utiliza para designar un modelo literario previamente formado. También aquí hay casos en los que las intersecciones resultan inevitables, ya que las fuentes son asimismo literatura, tal como ocurre con los temas mitológicos y legendarios. Dicho de otra forma: tanto a Esquilo como a Sófocles la tragedia de Prometeo y la de Edipo y Antífona les sirvieron como modelo y como fuente.

…Como la influencia presupone una conducta pasiva (este concepto resultaría perjudicial para la imaginación creadora), a Claudio Guillén le gustaría eliminarla del ámbito estético y conservarla solamente in psychogicis como un puente entre la fuente y la obra de arte original. Según esta teoría, el término “fuente” queda convertido en un requisito material, cuya existencia hace imposible una auténtica creatio ex nihilo. (169)


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