¿QUÉ ES LA LITERATURA?

A continuación te presentamos  diversos intentos por definir la literatura en el conjunto de las expresiones de la cultura. Teóricos y escritores aportan sus puntos de vista acerca de este apasionante tema: 

Para los griegos  “Poesía” significaba  “creación” para denominar el producto artístico originado en la plasmación imaginativa del lenguaje o en la invención de fábulas y mitos.
 

Aristóteles:

La palabra es el lugar propio  para  las producciones  artísticas. El poeta es la indispensable causa eficiente, el agente que con habilidad extrae la forma de las cosas naturales y la impone a un medio artificial.

Rubén Darío:

En el principio está la palabra, como única representación, no simplemente como signo, puesto que no hay antes nada que representar. En el principio está la palabra como manifestación de la unidad infinita, pero ya conteniéndola.

Heiddegger:

El lenguaje es la dimensión en que se mueve la vida humana y hace que el mundo llegue a su existencia.

Octavio Paz:

La palabra no es idéntica a la realidad que nombra, porque el hombre y las cosas –y en un nivel más profundo, entre el hombre y el ser de éstas- se interpone la autoconciencia.

Mijail Bajtín:

El escritor es alguien que es capaz de trabaja con la lengua situándose fuera de ella, alguien que posee el don del habla indirecta.

La actividad estética reúne el mundo disperso en el sentido y lo condensa en una imagen emocional para lo perecedero en el mundo.

Román Jacobson:

El objeto de la ciencia literaria no es la literatura en su totalidad, sino la “literariedad”; esto es, lo que hace que una obra dada sea una obra literaria. La literariedad se produce por el “extrañamiento” del lenguaje;  por la dominante en la función poética. Lo poético; es decir, lo literario, designa el tipo de mensaje que tiene por objeto su propia forma y no sus contenidos.

Northrop frye:

La literatura es una estructura verbal autónoma, totalmente ajena a cualquier referencia fuera de ella.

Roland Barthes:

En literatura lo que habla es el lenguaje  en todo el enjambre de su pluralidad polisémica. El lenguaje es el ser de la literatura, su propio mundo: la literatura entera está contenida en el acto de escribir.

La escritura es una función: la relación entre la creación y la sociedad, el lenguaje literario transformado por su destino social, la forma captada por su intención humana y unida así a las grandes crisis de la historia.

Pedro Aullón de Haro:

La literatura es un conjunto de productos textuales altamente elaborados cuyos límites identifican, por una parte el lenguaje distintamente normal o general y, por la otra, el lenguaje distintamente científico. Dicha categoría de “literatura”, superadora del restriccionismo tanto romántico como positivista, es capaz de subsumir las producciones ideológico-literarias o ensayísticas junto a las producciones eminentemente artístico-literarias o poéticas.

René Welek:

El texto (la obra literaria) es un producto cultural y la acción de leer o interpretar textos presupone determinado régimen de cultura y la subjetividad de aquel que lee.

Gadamer:

El sentido normativo contenido  en el concepto de la literatura universal sigue queriendo decir que las obras  que pertenecen a ella siguen diciendo algo, aunque el mundo al que hablan sea completamente distinto.

La escritura y la literatura en cuanto que participa de ella, es la comprensibilidad del espíritu más volcada hacia lo extraño. No hay nada que sea huella tan pura del espíritu como la escritura. En su desciframiento e interpretación ocurre un milagro: la transformación de algo extraño y muerto en un ser absolutamente familiar y coetáneo.

Georg Luckács:

Queriendo o no todo escritor habla del destino de la humanidad. Por ello, el destino que un escritor exprese es su obra, por muy abstracto e individualista que sea, tendrá su fundamento objetivo en el destino social de la humanidad. Lo verdaderamente social de la literatura es la forma. Pero el espíritu creador  apenas es consciente de la forma.

Edmond Cros:

Todo trazado ideológico que se introduce en una estructura textual (la literatura) parece desconectarse del conjunto ideológico   al que pertenece para entrar  en una nueva combinación a la que transfiere su propia capacidad de producir sentido.

Victor Hugo:

Cada época tiene sus propias ideas y es necesario que tenga también las palabras propias a estas ideas. Las lenguas  son como el mar, oscilan sin cesar. En determinadas épocas, abandonan la orilla del mundo del pensamiento e invaden otro mundo. Y todo lo que antes estaba en contacto con las olas, se seca ahora y desaparece. Es así como se apagan las ideas, como se ven las palabras.

Escarpit:

El producto literario es el resultado de una serie de selecciones operadas por diversos filtros sociales, económicos y culturales, en los proyectos que los escritores han llevado hasta la fase de la escritura.

Wolfang Iser:

La obra literaria viola o transgrede esas formas normativas de ver las cosas, con lo cual nos pone en conocimiento de nuevos códigos de comprensión.

T.S. Eliot:

Toda literatura desde Homero, tiene una existencia simultánea  y constituye un orden simultáneo.

Herder:

Todo escritor tiene que ostentar necesariamente en su personalidad los rasgos característicos de su época.

Juan de Valdés:

El ideal de la prosa es la naturalidad de la lengua hablada.

Mariano Picón Salas:

Más que una lección práctica, contar historias es un entretenimiento liberador para el cansancio del hombre.

...pensaba que el escritor debía de penetrar más allá del pellejo de las gentes, morderle las entrañas y desasosegarlas como el buitre de Prometeo, parparles hasta sus evasiones y sus silencios, para acercarse al mensaje que sólo la literatura puede ofrecernos. La literatura es una natural vocación de rareza y singularidad.

Rafael Cadenas:

La literatura refleja nuestro desencuentro, y vale como tal, en su errancia.

En las universidades existe siempre el peligro de que la literatura deje de ser lo que es  -la manera más entrañable del habla- para volverse objeto de estudio, algo que será viveseccionado en lugar de ser vivido.

Michel Foucault:

Desde Dante, desde Homero había existido  en el mundo occidental una forma de lenguaje que ahora llamamos literatura. Pero la palabra es de fecha reciente, como también es reciente en nuestra cultura el aislamiento de un lenguaje particular cuya modalidad propia es ser literario. A principios del siglo XIX, en la época en la que el lenguaje se hundía en su espesor de objeto y se dejaba, de un cabo a otro, atravesar por un saber, se reconstituyó  por lo demás, bajo una forma independiente, de difícil acceso, replegada sobre el enigma de su nacimiento y  referido por completo al acto puro de escribir.


CONCEPTO MODERNO DE LA POESÍA

Enmanuel Kant:

En el objeto artístico está el sentimiento vivo, real, actuando, y aquellos componentes, naturaleza y moralidad, que proporcionaron la materia, se retiran en el segundo término, y no aparecen ya como  realidades, sino sólo como pensados.

Una de las determinaciones del genio es que él mismo ignora cómo ha producido la obra de arte, y no puede ni descubrir ni reducir a una ley científica el mecanismo de su producción.

La poesía convierte los conceptos en ideas estéticas; los eleva, le da  vida, fortalece el espíritu.

Novalis:

No es tanto el sujeto que percibe los objetos, sino que, a la inversa, los objetos vienen a percibirse en el sujeto. Toda imagen que se organiza secretamente en símbolo, las palabras dejan de ser signos para participar en las cosas mismas, en las realidades psíquicas que evocan.

Coleridge:

En su perfección ideal, el poeta pone en actividad a todo el espíritu del hombre, con la subordinación de sus facultades entre sí, según su relativo valor y dignidad. En su labor, este individuo difunde un tono y clima de unidad que mezcla y, por así decirlo, funde entre sí las capacidades anímica, mediante ese poder sintético y mágico  al cual hemos asignado con exclusividad el nombre de imaginación. La actividad poética es el ejercicio pleno de la imaginación, entendida como aquella facultad que permite al hombre un cabal conocimiento del mundo, facilita nuestro acceso a las realidades más hondas  y fundamentales de la existencia humana.

Wordworth:

 Un poeta es un hombre que se complace en sus propias pasiones y voliciones y que se regocija más que otros hombres  en el espíritu de la vida que está en él.

Shelley:

 La composición poética auténtica es ingobernable, automática e inefablemente jubilosa.

Schleger:

La poesía no es otra cosa que un eterno modo de simbolizar; o buscamos una cubierta exterior para algo espiritual o extendemos algo externo sobre lo invisible interior.

Ezra Pound:

La poesía debe poseer visualidad de la imagen, intensificación de la aptitud asociativa que posee el lenguaje, evocación de correlaciones emotivas por medio del sonido y el ritmo, empleo de las palabras indispensables, eliminando toda redundancia.

Edgar Allan Poe:

El poeta debe crear un clima de sortilegio que se adueñe del lector u oyente y lo introduzca en un ámbito de pura magia; en suma, para satisfacer plenamente las aspiraciones del poeta, es necesario suscitar –mediante la técnica  más adecuada- un estado anímico de simpatía y receptividad en vez de limitarse a transmitir información.

Charles Baudelaire:

Todo el universo visible no es más que un almacén de imágenes y de signos a los cuales la imaginación dará lugar y un valor relativos; es una especie de pasto que la imaginación debe digerir y transformar; un bosque de símbolos cuyo sentido oculto  es preciso descubrir.

La literatura es el único elemento en el que algunos ciertos seres desclasados pueden respirar.

La tarea del poeta, de acuerdo con el sentido adivinatorio que hay en él, consiste en percibir analogías, correspondencias, que adoptan el aspecto literario de la metáfora, del símbolo, de la comparación o de la alegoría.

Rimbaud:

El poeta debe hacerse “vidente”; esto es, despertar en su espíritu las facultades adormecidas que le pondrán en relación con lo real auténtico.

César Pavese:

Cuando sentimos un latido de alegría al encontrar un adjetivo unido con felicidad a un sustantivo (sin que ambos se hayan visto juntos con anterioridad), no nos asombran la elegancia de la combinación, la rapidez del ingenio, la destreza técnica del poeta que ha logrado esa relación verbal, sino que nos maravilla la nueva realidad que ha sido iluminada.

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